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11.10.2019

Stainless Steel


Admito que llegué a sufrir. A desesperarme. Un día llegué a ver un W-31 medio destrozado en una página de compraventa, en su versión roja, y me paré un instante a pensar si hacerme con él o no. Era un módulo simple, muy sencillo, no más allá de lo que ofrece un F-91, pero con una gran diferencia: su caja era "Stainless Steel", y no "Stainless Steel Back". Es decir: acero macizo.

Pero al momento siguiente, alguien lo había comprado antes de mí.




Había una guerra atroz por aquellos preciosos y duraderos old-school de la Casio de los años ochenta, que tenían caja de metal. En la Red, por una caja de aquellas medio destrozada se llegaban a pedir auténticas burradas de dinero. Y yo me preguntaba: "vamos a ver, ¿en serio a Casio le costaría tanto trabajo hacer uno de aquellos digitales, hoy?". Y no era pedir demasiado, la sencillez de un módulo de la serie F es, precisamente, una de sus principales virtudes: el calendario "no caduca", y es lo más cercano al consejo que nos daba una de mis profesoras de informática. Ella nos decía: "no tengáis miedo a que el ordenador os pregunte, intentad no dejarle hacer nada de manera automática".

Ese mismo consejo se lo di a un chico hace poco, respecto a su smartphone. Resulta que no sabía ni dónde almacenaba las fotos, que todo lo hacía el móvil "por sí mismo". Y le dije: "lo mejor que puedes hacer es configurarlo para que te pregunte de todo". A nivel de hardware eso lo saben muy bien los modders, que quieren saber - necesitan saber - lo más mínimo de sus instalaciones. Y no digamos ya los que se dedican a la programación inversa, o los betatesters.

Lo peor que le puede ocurrir a una persona, es no saber lo que hace su ordenador. Ni su smartphone. Ni su reloj.


Por supuesto, tampoco es necesario que todos lleguemos a ser mecánicos de nuestros coches, ni ingenieros electrónicos, pero sí al menos tener una idea cuando algo falla, o saber cuándo algo no va bien. Sino, cuando nos enteremos puede ser demasiado tarde.

Hoy día los relojes adolecen de un poco de eso: se actualizan solos, cambian de horario de verano por sí mismos, nos recuerdan las citas, los pasos que damos, la distancia recorrida... Sin que nosotros hagamos nada. E incluso con Smart Link, ellos solos saben cuándo cambiamos de zona horaria. Y está bien, pero, ¿y si algo falla?

¿Si algo falla?

Por eso me encantan los módulos de los F-91 y similares: te lo preguntan todo. El cambio de fecha, el cambio horario... Sabes el día y la hora porque tuviste que ponérselo, no porque un algoritmo haya decidido por ti.


Estamos de acuerdo en que la otra manera es muy cómoda, pero tener un reloj sencillo y fiable, en quien podemos confiar al cien por cien porque nosotros lo hemos ajustado, es un privilegio que no deberíamos permitir que desapareciera. Al menos, para usar en algunas circunstancias, cuando quieres llevar un reloj que no te complique, que lo que veas es lo que hay, y nada más. Que internamente no tenga secretos para ti.

Encerrar eso, tan básico, en una caja robusta de metal, era la combinación perfecta con la que muchos soñábamos. Pero inexplicablemente Casio no lo hacía.

Hasta ahora.

Cuando uno mira los nuevos A1000, les da la vuelta y ve en la parte trasera la leyenda "Stainless Steel", sin más, siente un gran alivio. Por fin hay un reloj que puedes comprar nuevo, de fábrica y sin estrenar, que sabes que es de acero macizo, una especie de F-91 pero duradero, con cristal mineral, asas estándar y abiertas. Con el A10000, ciertamente, todo ha cambiado. Ya no tenemos que rebuscar entre los restos de vieja mercancía de mercadillo para encontrar esos demandados Casio de los ochenta "todo de acero", ya no tenemos que mordernos las uñas temblando ante la posibilidad de que su antiguo módulo nos deje colgados, o sufrir su escasa iluminación de micro-bombilla cuando queremos consultar la hora en la oscuridad.


Por fin tenemos una alternativa, no tenemos que irnos a vendedores asiáticos de segunda mano para pagar "un pastizal" por un reloj así, sino solamente ir a cualquier tienda, y comprarlo. Ya no tenemos que sufrir los terribles módulos y las cajas "símil acero" de marcas de imitación, para conseguir un reloj de ese tipo. Ahora lo tenemos, y firmado por la misma Casio.

Es inaudito que algo tan sencillo no hayan podido hacerlo antes, pero la cuestión es que al menos, lo han hecho ahora.

En serio: las cajas de resina están muy bien, las Core Guard son fantásticas, pero comparado con una caja de acero es otro nivel. Lo mejor es que, además, el A1000 es enormemente ligero. Tenemos lo mejor de un F-91, con lo mejor de una robusta caja que sabemos que va a soportar los años sin deshacerse en las manos.

Como todo, existen puntos flojos en los A1000, pero su construcción en metal no tiene rival. De hecho ya veis: no hay otro reloj así dentro de la gama Collection de Casio.

No hay que convencer a nadie, porque los A1000 convencen al instante nada más que lo tienes en la mano (a mí me han convencido, y eso que no he sido poco crítico con ellos).


Admito que el Casio A1000 no se va a convertir en mi reloj "de cabecera", pero sí en uno de mis old-school preferidos. Porque sé que cuando necesite un reloj "que aguante el tipo", que ni sus leyendas se vayan, ni su caja diga adiós a los primeros cambios de correa o armis, él estará ahí dando la cara. Pero creo que, lo mejor, lo "delicioso" de este reloj, es lo que os decía al principio: por fin uno puede tener un Casio de metal, sencillo y de Collection, hoy, totalmente nuevecito. Y sin tener que pelear por hacerse con un reloj usado que esté ya en las últimas.

El Casio A1000 es una pasada para todos, para los que recién llegan a probar los old-school de Casio, para los que somos incondicionales de esta marca, para los más viejos, y para los amantes del "postureo". Porque lo bueno es que en sus cinco variantes (y esperamos ansiosamente por el resto) uno puede encontrar de todo. La elegancia de las milanesas, la sobriedad de los plateados, la suntuosidad de las combinaciones oro rosa y metal, o modernidad y extravagancia del aspecto grunge-aceitoso del cobrizo. Como si fuera un reloj maltratrado, usado, oxidado... Como si fuera un recién perlado y pulido, o como si fuera un reloj recién cromado. Todo ello lo tenemos en sus cinco variaciones y, todo ello, en puro y duro metal. Solo acero. Stainless Steel.

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

5 comentarios:

  1. Todo bien,lo que no entiendo es porque se empecinan en una tapa atornillada en vez de una de rosca? Tan imposible es colocarle una roscada?

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    Respuestas
    1. creo que por el diseño es imposible. el modulo es casi un casi cuadrado.

      me conformo o me parece bien que tenga tornillos ya que en metal dificil que pierdan la rosca como sucede con los de plastico.

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    2. Coincido. Además, es que siendo WR, una caja roscada no tendría aportaría mucho, yo creo que sería incluso peor, por tener que abrirlo cada tres años para cambiar pila.

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  2. Yo soy de los que está esperando a que vayan apareciendo buenas versiones. Y deseando por ello que este A1000 se vaya vendiendo bien y teniendo buena aceptación, que parece ser que sí.

    A mí es que los frontales amarmolados que le han sacado no me convence, y a mí al menos me da la impresión que enfatizan demasiado las formas de la caja. Que no me parece fea, pero creo que estos frontales las marcan demasiado. Sospecho que si salen otras versiones con frontales más oscuros, con patrones con los colores clásicos de Casio, lo veré diferente y sí me podrá gustar más.

    Bueno, si sacan el A-164 en caja de acero inoxidable también, claro. Entonces, pierdo la cabeza, directamente... xD Y si ya lo hicieran WR50, vamos... MA-TO. xD

    También se acepta A-158 normal y versión WE, A-163 ó también A-168. xD

    ¡A ver si se animan!

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  3. Muy buen artículo. Esperemos que lleguen más variantes del A1000D, y más modelos.

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