Durante los años treinta y cuarenta Estados Unidos vivió una auténtica ola de atracos a bancos. Muchos de sus protagonistas incluso se hicieron famosos, como Bonnie y Clyde, pero también Charles Arthur "Pretty Boy" Floyd o George William Birdwell. Por supuesto, todos acabaron sus días de mala manera y, en la mayoría de casos, de forma sangrienta.
Para llevar a cabo los atracos era imprescindible un buen reloj. La policía, por aquellos tiempos, no contaba con los medios tecnológicos de hoy. Los atracadores conocían el tiempo de respuesta y cuánto podían permanecer en el banco antes de que les pillaran "con las manos en la masa". A falta de digitales con cronógrafo, llevaban relojes mecánicos, marcas como Hamilton eran, en ese sentido, las más apreciadas.
Cuando los bancos, o el contrabando, les habían conseguido una holgada posición económica, llevaban sus automóviles a circuitos improvisados para competir entre ellos. Así nació la NASCAR y, de nuevo, sus relojes tomaban el protagonismo: ahora medían tiempos de vuelta, o más bien, lo intentaban, en lugar de medir rondas de policías o tiempos de asaltos en un banco.
Hasta hace no tanto el cronógrafo era una función bastante exótica y extraña en un reloj. Los primeros cronógrafos más o menos útiles montados en un automático no llegarían al mercado hasta el año 1969, de la mano de Heuer, aunque fue Longines el que realizó en 1913 el que está considerado hoy como el primer reloj con cronógrafo de muñeca.
El cuarzo ha cambiado mucho las cosas en ese sentido, no solo ha posibilitado que todos podamos llevar un cronógrafo en nuestro reloj - antes esta función era muy cara y exclusiva - sino que, además, lo ha hecho a un precio muy competitivo, y más importante aún: son muy fiables.
Los indicadores de cronógrafo nos permiten ahora incluso medir velocidades en tiempo real (caso de los ECB-900 o ECB-800 de Edifice), un auténtica "frikada" que ya la quisieran los amantes de la velocidad en aquellos años treinta, o los que huían por las carreteras a toda pastilla con la policía y sus Chevrolet o sus Ford pisándoles los talones.
Otros modelos, como los GLS-5600, nos permiten ir más allá, ofreciéndonos dos cronógrafos que podemos activar al mismo tiempo, y ambos de un amplio rango: 24 horas. O dicho de otra manera: con uno de ellos podríamos cronometrar sin parar las 24 Horas de Le Mans, incluyendo las paradas en boxes para descontar tiempos.
Esto no se quedará aquí, probablemente los smartwatches del mañana podrán hacer mucho más, realizando no solo el cronometraje, sino indicándonos también en su display la posición del vehículo en cuestión y calculando promedios, así como desventaja (o ventaja) respecto a otros competidores. Pero la magia de moverse una aguja a alta velocidad, en analógico, tiene un encanto propio difícilmente superable. Son de esas cosas que, como los velocímetros o los indicadores de revoluciones de los automóviles, nunca pasarán de moda. La primera vez que vemos, o le mostramos a un niño, ese indicador cronográfico girando, nos absorbe y nos embelesa.
Y nos damos cuenta que la relojería posee muchos, muchos elementos que nos atraen y que, a medida que los vamos conociendo, más nos hace enamorarnos de estos asombrosos instrumentos de medición del tiempo.
| Redacción: ZonaCasio.com
La NASCAR se originó para el contrabando de licor durante la Prohibición, no por los robos a bancos. Los robos a bancos popularizaron los 8 cilindros
ResponderEliminareso he dicho:
Eliminar·...el contrabando, les habían conseguido una holgada posición económica, llevaban sus automóviles a circuitos improvisados para competir entre ellos. Así nació la NASCAR·
:D
El contrabando de alcohol en la llamada ley seca:
"El auge de contrabandismo de alcohol que se produjo entre 1928 y 1945 por la ley seca en Carolina del Norte, creó un grupo de conductores expertos en huir de la policía"
https://es.wikipedia.org/wiki/Portal:Automovilismo/Campeonato/Copa_Nascar
La Ley Seca empezó en los años veinte (de hecho, en 1920), y a partir de ella se originó un inmenso aumento de crímenes de todo tipo, y el crimen organizado y las bandas experimentaron un auge mayor como nunca antes se había visto en la historia del país. Todo eso aumentó los delitos, y también la delincuencia común.
Los robos de bancos estaban entre esos delitos, Kabe (aunque no te lo parezca :D).
Gran artículo que nos retrotrae a una época en la que si un reloj ya era un lujo, un cronógrafo más aún. De hecho cuando surgió el ferrorarril, ni en Suiza ni en Estados Unidos podían permitirse cronógrafos, llevaban relojes de sólo hora y con alta precisión (cronómetros).
ResponderEliminarEn cuanto al cronógrafo (bonito Heuer), es una complicación que en analógicos me tiene enamorado visualmente. Claro que su utilidad es más bien poca, si quieres un cronógrafo, o bien debe ser digital, o si es analógico, que sea de mano y de generoso diámetro.