Como bien sabéis todos hasta la saciedaaaaaaaaaaaaaaaaad!!!, (tranquilos, no os lo vamos a repetir) el ingenio detrás del primer G-Shock fue el de Kikuo Ibe (sin menospreciar a su grupo del Team Tough, por cierto, que no se por qué siempre se les olvida mencionar). Pero el responsable de su diseño, es decir, del aspecto exterior, pronto pasó a estar bajo la dirección de Ryusuke Moriai, del cual ya hablamos en otras ocasiones en ZonaCasio porque -recordaréis- fue el artífice detrás de otros superventas, como el F-91.
Lo que no se suele comentar tanto es el aspecto final que iban a tener aquellos primeros G-Shock. Moriai recaló en Casio en 1985, es decir, el Team Tough ya había logrado realizar un reloj resistente a partir de los primeros 200 prototipos creados para G-Shock, y el DW-5000 ya había visto la luz sin pena ni gloria (bueno, la verdad es que con más pena que gloria).
Casio, en un intento por empujar sus ventas, le dio "el pasaporte" a los Marlin -que eran sus principales rivales dentro de la propia casa-, algo de lo que, tras las pobres ventas de G-Shock, se arrepentiría en cierta forma y se vería obligado entonces a lanzar la submarca HD, con la intención de cubrir el nicho de reloj duro por encima de los modelos "estándar" y que G-Shock ni por precio, ni por popularidad, fue capaz de cubrir.
Tras el DW-5000C, Casio decidió rizar el rizo y reforzar la sensación de robustez de sus G-Shock con el WW-5300C (resistente a las bajas temperaturas), algo que tampoco les dio prácticamente éxito alguno. Para el año 1988 lanzarían el DW-500, una versión "reducida" del DW-5600C aparecido un año antes, y con el que tampoco lograron cautivar a "casi" nadie. Como veis, casi todos estos modelos eran iguales y tenían la misma imagen (a grandes rasgos).
Ryusuke Moriai se convirtió en el máximo responsable de G-Shock en 1995, tras haber lanzado su "ópera prima" con el DW-6400, un reloj desproporcionado, brutal y lleno de testosterona, es cierto, pero que abría una brecha entre lo creado antes y lo que se crearía después. Sobre todo, le dio a G-Shock una fuerte identidad y personalidad de la cual, hasta entonces, carecía en buena manera, ya que iba un poco mezclándose con otras gamas o submarcas de Casio. Moriai dejó claro lo que era realmente un G-Shock, algo reconocible al primer golpe de vista. Algo "distinto". De hecho, su impronta llega hasta nuestros días con los Master of G y, en suma, con todos los G-Shock del momento, incluyendo por supuesto los Big Case. Él creó los GA-100/GA-110 Series, además de los DW-6000/DW-6400 Series y de los DW-9900.
Recordemos que a principios de los noventa Casio dudaba si continuar o no apostando por G-Shock, así que la aparición de Moriai tuvo lugar en un momento crítico. El diseñador empleó seis meses para crear diversos prototipos, todos partiendo desde cero y rompiendo absolutamente con los G-Shock que hasta ese momento -en cierta forma- habían sido un fracaso para Casio. Obviamente, los old-school luego -y ahora- vivirían una importante revalorización, reconocimiento y popularización, pero no hay que desdeñar el importante papel que en ello tuvo Moriai dándoles no solo una imagen de reloj robusto, sino una identidad muy marcada.
Por otro lado, Moriai le dotó también de unas características propias de G-Shock para el uso diario. Reconocía no hace mucho el mismo diseñador que siempre planteó los G-Shock como relojes para usar a diario, "para golpearlos y maltratarlos", y que no concibe que un G-Shock tenga que estar en un estuche guardado. A vistas del DW-6400, esto es algo totalmente evidente. No en vano él fue también el responsable de crear el primer G-Shock íntegramente de titanio, cuyos bocetos también dibujó a mano y en el que buscaba la ligereza, la durabilidad del metal, y la resistencia y robustez de un G-Shock. El creador del F-91, por tanto, dotó a G-Shock de algo que jamás esta marca podía llegar a imaginarse, y de hecho la elevó a otro nivel.
Ryusuke Moriai mantiene una filosofía muy estricta con G-Shock: entiende que debe alejarse de las modas, porque las modas vienen y van, y que debe tener siempre una fuerte identidad, lo que le hará sin lugar a dudas un complemento que se pueda vestir a cualquier edad, y en cualquier momento. Hoy el desarrollo de producto corre a cargo de Tatsuya Izaki, pero mientras Ryusuke Moriai continúe en Casio podemos estar seguros de que G-Shock no perderá su identidad.
Por cierto, ¿sabéis en qué se inspiró Moriai para crear su primer G-Shock? En "Predator". Ahí es nada.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Disfruto leyendo este blog. mil gracias por tanta info de calidad
ResponderEliminarQue artículo más divulgativo. Me encanta este tipo de culturilla.
ResponderEliminarInteresante y curioso que relojes tan diferentes en estética y concepto hayan sido diseñados por la misma persona.
ResponderEliminarPor cierto, una pequeña errata, el modelo con el que Casio fue más allá añadiendo la resistencia a las bajas temperatura a lo que ofrecía el DW-5000C fue el WW-5100C, no el WW-5300 que aunque se fabricaron más unidades que del 5100 era igual que éste pero con otra serigrafía.
Tienes toda la razón Kreuz, gracias por la puntualización:
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