Renacer (de nuevo)

Como os contaba el otro día, el cristal de resina de mi Casio W-202 sufrió serios daños al tratar de limpiarlo con isopropílico. Debido a que estos cristales -como ya sabéis- son relativamente fáciles de pulir, decidí intentar volver a recuperarlo. Pensé que sería tan solo cosa de unos pocos minutos, aunque con esto de las restauraciones de relojes lo más habitual es que una reparación "fácil" acabe convertida en una pesadilla.

Dado que quería hacer algo rápido, decidí empezar directamente por un lijado de 450 y, sin pasar por el resto (ya sabéis que lo aconsejable es comenzar por lijados grueso e ir luego aplicando granos más finos) ir directamente al proceso de pulido.




Las marcas eran mucho más profundas de lo que me parecían, era como si toda la superficie superior del cristal hubiese estallado, y había algunas muy serias. Por ello, a pesar del grano relativamente grueso, no logré eliminarlas e incluso seguían apareciendo las marcas de las quemaduras químicas superficiales, de manera que tuve que pulirlo otra vez, haciéndole pasar por granos más finos.

Finalmente estuve un buen rato con el pulimento, ya que el cristal se quedaba prácticamente opaco. El resultado no es todo lo bueno que podría esperarse, pero al menos el daño superficial se lo he quitado y se puede ver la hora con relativa facilidad.


Hay una especie de marca de quemadura bastante aparatosa y notoria, que aparece como una mancha, y que probablemente habría requerido un nuevo desbaste con granos más agresivos, el problema es que eso traería consigo el debilitamiento del cristal, pues habría que quitarle un par de milímetros por lo menos, y luego volver a realizar el proceso completo otra vez, de ir pasando por distintos granos hasta terminar en un 5000 y, finalmente, el pulimento.

Todo eso hay que hacerlo a conciencia y con mucho tiempo, porque sino podemos hacerle más daño que beneficio. No opté por hacérselo porque, aparte de eso: el tiempo y dedicación necesaria, el cristal del W-202 no facilita mucho las cosas, y está tan hundido que uno tiende a realizar el pulido "hacia adentro". Con esto corremos el riesgo de terminar con un cristal cóncavo, lo cual sería realmente bastante desastroso. Si hacemos lo contrario y tendemos a irnos hacia los lados, acabamos reduciendo la altura de los bonitos bordes laterales de la caja, que es -al menos para mí- uno de los mayores atractivos de esa caja, ya que posee esas aristas que en otros modelos Casio las ha suavizado más.

En definitiva, que son pequeños detalles que me inclinaron a tomar la decisión de dejar el reloj tal como veis, que no es la perfección, pero sí notoriamente mucho mejor de lo que estaba antes.


Asimismo, y como podéis comprobar por las fotos, un cristal de resina tampoco es la panacea, y aunque es bien cierto que cualquiera lo puede pulir, en según qué cajas puedes acabar haciendo un destrozo mayor, o dañando los detalles de biseles o de las formas de la misma caja.

Cierto que si la caja hubiera sido de metal esto sería otro cantar, y ya serían mucho mas fáciles estas cosas, y por eso la combinación de metal-resina de modelos sufridos como los HMT es un buen acierto, pero por desgracia a día de hoy, y en Casio, hablar de cajas de metal es como hablar de una utopía.



| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com