Y, sobre todo: ¿tienes paciencia? Cuando el joven Tadao Kashio lanzó su primera calculadora, la 14-A de 1957, en Japón, muchos le dieron un gran reconocimiento, pero en unos años en los que las calculadoras no eran objeto de uso cotidiano en el país del sol naciente, otros lo que le dieron fue simplemente "una palmadita en la espalda". Un negocio no se hace de la noche a la mañana, y una gran compañía, tampoco. Tadao comenzó imprimiendo billetes de avión en el aeropuerto donde trabajaba y, a la par, reparaba calculadoras. Esa experiencia fue crucial en su vida, aunque para llegar a ella tuvo que invertir muchos años aprendiendo en la Universidad.
Pero no fue todo coser y cantar tras su primera calculadora: tendrían que pasar casi diez años, hasta que viera la luz su segunda gran innovación: la 001, la primera calculadora electrónica con función de memoria. Durante ese tiempo la compañía no era ni mucho menos grande, sobrevivía como podía, y aún le quedaría un enorme reto más: para finales de los sesenta el mercado de las calculadoras portátiles era enormemente competitivo. Había fabricantes de todo tipo, salían marcas que producían calculadoras en Japón hasta debajo de las piedras.
Como decía un gran empresario: "la competencia no es mala, la competencia es buena; porque si hay competencia, eso demuestra que hay ventas y que el producto se compra". Y eso debieron pensar en Casio, porque de ser una "de tantas", acabó adueñándose en unos pocos años del mercado global de calculadoras. ¿Cómo lo hizo? Pues fácil: la calculadora por aquellos años era un producto donde se ganaba mucho dinero vendiendo pocas unidades, lo que podríamos considerar hoy algo "elitista". Casio desarrolló un chip barato, lo mandó fabricar, y lo metió en sus calculadoras. No hizo nada extraordinario, pero sí hizo algo que los demás no hacían: abaratar el producto.
Así, de repente la gente comenzó a comprar las calculadoras de Casio porque, simplemente, eran más baratas. Y cuando los demás competidores se dieron cuenta de lo que ocurría, ya habían perdido el tren por completo. Casio les barrió del mapa.
Hoy en día hay calculadoras para todos los gustos, pero Casio sigue ofreciendo calculadoras que ofrecen lo mismo que la competencia, pero son más baratas. Siguen ofreciendo relojes digitales -que también ofrece la competencia-, pero son más baratos y, lo que es también muy importante: son mejores.
Claro, ahora con sus gamas Premium ya no ofrecen lo mismo, más bien volvemos al principio de la historia, donde todos vendían calculadoras caras, y luego tuvieron que desaparecer. Quizá Casio ha visto algo que nosotros, que todos, como en aquellos años, no han visto. Quizá la respuesta a ese algo pase por ofrecer productos elitistas, porque en un mundo donde acabarán haciéndolo todo los robots, tal vez, probablemente, lo único que quede, el único reducto, sea el saber hacer artesanal. Y eso tendrá, queridos amigos, un precio muy, muy alto. Un precio de premium.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
El problema, es que los productos premium, los acabarán haciendo robots también. No hay más que ver el Sistem51 de Swatch, o cuanto trabajo manual necesita un Tissot por ejemplo.
ResponderEliminarPensemos que el coste suizo, ronda los 200€/hora, por lo que es obvio que un Tissot de 300€, no ha tenido en todo su conjunto más de 10 minutos de intervención humana.
Claro es verdad que Casio hace buenos productos relativamente baratos, pero los chinos hay que tenerlos en cuenta. Por ejemplo tengo una calculadora china con funciones científicas similar a la f82 de hace unos años con un costo 5 veces menor al de una Casio, con sus pequeños defectos como que hay que aplastar la tecla más fuerte pero funciona, también tengo un reloj chino, similar al f91 tiene iluminación en toda la pantalla y muestra la hora con bastante precisión a un costo 4 veces menor. Entonces uno se pone a pensar que con un poco más de atención al diseño y al detalle podrían fácilmente desmoronar toda la estrategia de ventas de Casio.
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