En los años ochenta me fui de mi pueblo a la capital. De un sitio en el que apenas llegaban las ofertas de los grandes hipermercados, en donde ni tan siquiera teníamos tiendas de ultramarinos y era habitual que pasaran los vendedores ambulantes de todo tipo de productos (frutas, patatas, pescado...), y hasta el cartero solo llegaba unas veces por semana, pasé a un lugar donde casi a diario el buzón se llenaba de propaganda de lo más variada, y las grandes tiendas y supermercados los tenía a la vuelta de la esquina. Recuerdo que devoraba los catálogos de productos, y lejos de sentir ante la publicidad por correo esa especie de "grima" que le tienen ahora casi todo el mundo, a mí me entusiasmaban. Por desgracia los catálogos de Casio no llegaban a los domicilios, pero sí nos íbamos a buscar catálogos de coches a todos los concesionarios que podía. Seat era la marca más desagradable de todas (de ahí nació el asco actual que siento por la marca española, todo hay que decirlo), apenas te daban un minúsculo catálogo de su Seat Ronda, y eso de mala gana y a regañadientes. Sin embargo Renault era la mejor, y acabé con una columna inmensa de catálogos de su Renault 11, del Renault 9, del 5, del 20 (mi preferido), del 17...
En aquellos tiempos cogía el catálogo y empezaba a mirar qué versión me compraría (me imagino que a todos os ha pasado algo parecido), seleccionando entre motor y acabados. Por regla general acababa eligiendo el más veloz, algo que, obviamente, ahora ya no haría y todos sabemos que hay muchísimas más cosas importantes a la hora de inclinarnos por determinado modelo de coche y que la velocidad no es (ni debe ser) una de las más importante. En realidad es lo que menos importa. Pero obviamente mi mente infantil no lo veía así.
Si por aquellos tiempos hubiera caído en nuestras manos uno de los poquísimos catálogos de relojes de Casio seguro que todos hubiésemos hecho lo mismo: nos habríamos dedicado a seleccionar nuestro reloj favorito no por sus especificaciones, ni por sus frías cifras de alcance de su temporizador o cronógrafo, ni por su sumergibilidad, sino, y como en aquellos tiempos ocurría con el Renault Fuego, con el Renault 5 Turbo o con el Renault 5 Gordini, por su impacto visual. Y este W-19 seguro que hubiera sido el reloj con el que soñaría más de un chaval. No es que el Casio W-19 fuera un reloj imposible de alcanzar en los años en los que salió, ya que su módulo no es muy complicado (no deja de ser el módulo de un "F" encerrado en una caja de 50 metros de resistencia al agua) sino que lo difícil habría sido encontrarlo a mano en una tienda de barrio plagada de F-21 y F-15, y en unos tiempos en donde Internet aún no era ni un proyecto de lo que es hoy en día.
Pero aún así el Casio W-19 era un reloj que tenía "lo habitual" de Casio en los ochenta, y de ese estilo el fabricante nipón tenía bastantes modelos. A diferencia de hoy, en donde los Casio se han vuelto más "serios", con frontales de colores muy esquematizados, por aquellos años los Casio disponían de motivos y dibujos muy llamativos, con serigrafías espectaculares y vistosas que atraían al primer golpe de vista, sobre todo a sus clientes más jóvenes. El Casio W-19 es, por ello, típico ochentero "de los de verdad". Un W-71, un W-24, a pesar de ser también ochenteros pueden pasar perfectamente por un modelo de los noventa, como el F-91 y el F-94, o por un modelo del siglo XXI incluso, como el W-202. Sin embargo en el W-19 su serigrafía, inédita en nuestros días, delata su procedencia inmediatamente y sin ningún género de dudas. A esto se añade el que Casio no volvió a lanzar modelos de similar diseño, por lo que su estilo se quedó anclado en aquellos años ochenta e indeflectiblemente unido a él.
El Casio W-19 era el reloj con el que seguramente miraríamos la hora mientras esperábamos a los amigos de la pandilla. O a nuestra primera novia. |
El reloj, fuera de su diseño y estilo, no tiene nada de peculiar, pero eso es precisamente lo que le da valor. Puesto en un catálogo de aquellos años junto a sus contemporáneos F-85 o W-14 (con quien compartía módulo, por cierto), el afortunado chaval que tuviera la suerte de poder elegirlos señalándolos con una "equis" sobre el papel solo tenía que pensar en qué dibujo y esquema de color le gustaba mas. De hecho, si nos fijamos sus motivos de color y la distribución no distaban en gran manera de las máquinas de arcade de esos años, tan populares entre la chavalería de la época. En esos años empezaban a crecer como hongos por todos los barrios, y a triunfar, las salas recreativas, y aquellos videojuegos a pilas o con casette empezaban a ganar mayor popularidad. Todos ellos tenían el mismo estilo de dibujos en sus cajas, embalajes y carcasas, que este W-19 y modelos similares. Casio en ellos no hacía más que ser un reflejo de su tiempo, y no era difícil el encontrarse con un chico manejando veloz y nervioso las palancas y botones de una máquina a monedas en una sala de videojuegos, con un reloj igual -o parecido- en su muñeca. El W-19 es, por ello, todo un clasicazo ochentero donde los haya, un "old school" de los de verdad, de los auténticos. Ya quedan pocos, porque la vida que les daban sus adolescentes o pubertos dueños no les daba tregua, pero siguen siendo genuinos. Y siguen siendo, como puedes comprobar en estas fotos, condenadamente hermosos.
Especificaciones | W-19 |
Módulo | 596 |
Precisión | +/- 30 segundos por mes |
Iluminación | Sí ("micro light") |
Cronógrafo | Sí (de 60 minutos, con dos llegadas) |
Temporizador | No |
Alarma | Sí (diaria) |
Snooze (despertador) | No |
Señal horaria | Sí |
Sonido de los botones desactivable | No |
Doble horario | No |
Horario mundial | No |
Calendario | Automático permanente (con 28 días para febrero) |
Resistencia al agua | 50 metros |
Sistema de energía | Pila (CR2016, 7 años de duración) |
Cristal | Resina |
Caja | Resina |
| Redacción: Zona Casio | Relojes gentileza de Midnight Restore
Disfruto como un enano con estos relojes que poneis, gracias por descubrírnoslos. Y ademas este W-19 es guapísimo. Debe ser una gozada poder tener entre las manos estos modelos tan históricos de Casio.
ResponderEliminarAl revés que tu, yo disfrutaba de Seat, y encontraba el R20 horrendo.
ResponderEliminarClaro que los R5 Gordini (Copa aquí), el Fuego, el 12 TS, el 18 Turbo... Alucinantes.
Tampoco podemos obviar Citroen, Peugeot, Ford, ... No eran muchas, pero había.
Y a pesar del desacuerdo, comparto totalmente aquella sensación de soñar con un catálogo en las manos, y es que a pesar de haber estado en una gran ciudad, el acceso a la información no era comparable a lo de hoy en día.
Asi que nos tumbábamos con nuestro flamante catálogo de turno, podían ser coches, relojes, electrónica de Sony, ... Y soñábamos en lo que nos compraríamos cuando fuéramos grandes.
No podíamos ni imaginarnos los relojes radio-controlados. En cambio nos decepcionan un poco que en otros aspectos hayan quedado estancados.
He disfrutado con las fotografías del artículo. Casio de la época, con Renault de la época.
Hola!, muy buena la página, quería aprovechar para consultar sobre un modelo específico de Casio, muy parecido a este, que tenía la diferencia de tener un color de fondo en el led bastante (medio amarillo) y lo más raro: el vidrio era cóncavo (convexo, nunca se cual es el correcto), el vidrio como que sobresalía hacia afuera, redondeado. Alguno tuvo uno parecido?
ResponderEliminarMi padre tenía un casio w-17 importado de Japón. En Argentina es el único que he visto. Tenía el mítico módulo 181 del marlin dw-200
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