Vulnerant omnes, ultima necat. El paso del tiempo en nuestras vidas

Probablemente nunca hayas oído hablar de esa frase. "Vulnerant omnes, ultima necat" (en otras partes aparece escrita como "vulnerat omnes, ultima nescat"). Aunque no lo parezca, tiene mucho que ver con nuestra afición preferida, los relojes. Era una frase que antiguamente se ponía en los relojes de las iglesias, y que significa "todas hieren, la última mata", haciendo mención al lento pero inexorable paso del tiempo, a lo efímera que es la vida y la temporalidad de ésta, así como al implacable transcurrir de la edad.

En concreto, la referencia de la frase es hacia las horas, mientras que el tiempo avanza "envejeciéndonos" ("todas las horas hieren"), la última de ellas (nuestra última hora) es la hora definitiva de nuestra partida de este mundo.



El Santo Cura de Ars, muy conocido por su extraordinario paso en la localidad francesa de Ars, tiene una bonita referencia parecida a esta que acabamos de nombrar en su sermón "Sobre la santificación del cristiano". Él decía: "cuando oís dar la hora, ¿quién os impide pensar en la brevedad del tiempo y considerar interiormente: las horas pasan y la muerte se acerca, corro hacia la eternidad".

En un tiempo en donde los relojes era un bien muy escaso, y una máquina de precisión sólo al alcance de unos pocos, las horas se hacían sonar en la campana de las iglesias, indicando no sólo el paso del tiempo, sino llamando a los diferentes servicios religiosos, al rezo del Ángelus a mediodía, etc.


En suma, toda una bonita tradición la de recordarnos la brevedad del tiempo, y que es lamentable que se vaya perdiendo e, incluso, que haya hoy en día personas que tengan a los relojes como un instrumento accesorio e incluso innecesario. ¡Ellos se lo pierden!

Redacción: Zona Casio | Imagen inicial: EOS 300D