...y todos los ingredientes que podrían incluirse en una de las novelas de Paul Davis. El 4 de septiembre de 1990, una vecina descubría colgada de un árbol a una joven sin vida. La Guardia Civil que llegó al lugar la llamó, con su habitual humor sórdido y sin gracia, "la novia", aunque los medios periodísticos le dieron un apelativo mucho más acorde con la realidad: "la chica de Portbou". Nadie reclamó el cadáver y, a pesar de las investigaciones, finalmente el juez decidió que fuera enterrada en un nicho de beneficencia del cementerio de Figueres. Era el nicho 134 del 5º piso.
En el año 2017 el inspector de policía Rafael Jiménez recreó la historia en una de sus novelas, dándole un capítulo en la página 12 como "la novia ahorcada en el país del viento", haciendo uso de nuevo del desafortunado "apodo" que le había acuñado la Guardia Civil. Sin embargo, el escritor tuvo una idea que sería muy importante en la difusión del caso para colaborar a su esclarecimiento: en las notas que aclaran el caso, al más puro estilo que suele hacer J. G. Chamorro en las tramas de Paul Davis, el policía añade una foto de la muchacha. "No la publiqué por un motivo escabroso, sino para contribuir con su difusión a que se le pueda identificar. Tener la suerte de que alguien la reconozca", decía entonces el escritor.