Sigue sorprendiendo que Casio lance tantísima cantidad de relojes analógicos con cajas de metal, de acero, robusto cristal mineral..., en analógico, y no sea capaz de hacerlo en digital. Seguramente - cuentan, nosotros solo lo comentamos - sea porque estos relojes, en realidad, se los hacen en Miyota/Citizen, convenientemente remarcados para Casio, y de ahí que no pueda hacerlo en digital porque tendría que ser uno de los horribles módulos digitales de Q&Q (aunque en su día los tenían solares muy chulos, todo hay que decirlo, y de esto hará unos diez o nueve años, no mucho más). De manera que en Miyota se los fabrican "tirados de precio" y luego ellos los ofrecen (incluso en el diseño les viene mucho de familia, todo hay que decirlo). Obviamente, Miyota no puede servir una caja de un reloj con un módulo que ellos no fabriquen (pueden servir calibres y módulos, pero no suele ser el caso con cajas, aunque obviamente por poder, sí podrían, pero no es lo habitual en el mercado), además que encajar luego todas esas piezas es algo que se correría el riesgo de ir no demasiado ajustado. Es mucho mejor tener el calibre, y adaptar la caja para él (como se hizo siempre), y no "el motor al coche", que conlleva una serie de remodelaciones muy engorrosas (y caras, y en esta gama de precios se mira hasta por el último céntimo).
Los modelos que llegan ahora a los comercios son el MTP-E173, con variantes de armis, resina, e incluso con recubrimiento iónico. Todos ellos nos ofrecen resistencia al agua de 50 metros, cristal mineral, caja de acero, y el convencional módulo de origen Citizen con ventana dataria y pila SR920SW con autonomía para 3 años. Su precisión, como suele ser habitual, es de +/- 20 segundos por mes.
