La tercera "G" en discordia

A estas alturas pocos clientes de Casio, y aún menos compradores de G-Shock, tienen duda alguna sobre lo que significa la "G" de G-Shock. Muchos incluso los han probado hasta la extenuación (en Youtube hay vídeos a mansalva haciéndoles todo tipo de salvajadas), y no son pocos los que confunden "Shock resist" con "indestructible". Pero bueno, eso demuestra que Casio se ha ganado a pulso la fama que tiene con sus modelos resistentes.

La estructura básica ya es de sobra conocida: un módulo "flotante" ("floating module") que en los modelos esenciales reúne hasta cinco niveles dedicados a absorver los golpes o, si queréis verlo así, a llevarse lo más duro de las vibraciones e impedir que éstas alcancen el módulo electrónico del interior. Esto nos lleva a la segunda "G": resistencia a las vibraciones. ¿Y la tercera? La tercera es la resistencia a las fuerzas gravitacionales.



Sólo unos pocos modelos pueden presumir de llegar a ese nivel. Son tan exclusivos que para ellos se ha realizado un logotipo especial (e incluso un grabado en la tapa de cierre de la caja específico) que los identifica como de triple resistencia. No es una resistencia cotidiana, ni siquiera la línea Edifice, supuestamente realizada y pensada para los deportes más al límite del motor (como la Fórmula 1) tiene un sistema así. Porque muy pocas veces en tu vida diaria (a no ser que seas piloto de caza de combate, obviamente) vas a tener que someter al reloj a semejante tortura.

Son modelos de la línea "Sky Cockpit", y Casio los llama "Aviation Grade Toughness". Ensamblados con tanta precisión y robustez que no hay nada igual en el mundo. Pueden resistir la fuerza de hasta 15 Gs, lo que al común de los mortales nos llevaría al desfallecimiento absoluto pero que, en la cabina de un piloto experimentado, a éste incluso le da tiempo a ver la hora. Para hacerlos, Casio utiliza un tipo "de algún componente" que ellos han llamado "alpha-gel", rodeando el módulo como si fuera un cinturón. Bajo él incluyen otra capa protectora y luego utilizan arandelas de aluminio y engrasado específico en las juntas tóricas.


Un monoplaza de Fórmula 1 puede verse sometido a fuerzas de 5 G, incluso de 6. ¿Pero llegar a 15? Ni en sueños. De hecho un caza de combate puede llegar hasta las 7 G en algunas maniobras al límite. Para que nos hagamos una idea, los airbags de los automóviles se disparan en torno a las 3 Gs. Las mayores fuerzas G las tienen que soportar los astronautas en el momento del despegue, para superar la fuerza de atracción gravitatoria de la Tierra. Los cohetes espaciales provocan una aceleración que pueden llegar a las 8 G, es lo que se conoce como "Max-Q", el punto donde la presión en la nave llega a niveles máximos, y por eso los astronautas han de ir acostados, de lo contrario se podrían llegar a desmayar.

Hay que señalar que el peligro de las fuerzas G no es tanto por su intensidad, sino por su duración. Además, el cuerpo humano resiste mejor las fuerzas horizontales que verticales. Aunque la fuerza G sea relativamente baja, pueden resultar dañados los tejidos y órganos internos del cuerpo si su frecuencia de resonancia es la misma. Y por eso en los cazas de combate los pilotos van equipados con trajes especiales, que limitan los movimientos internos del cuerpo para evitar o compensar los desplazamientos repentinos o la compresión de órganos, sangre y fluidos.



| Redacción: Zona Casio