Los relojes G-Shock de Casio nacieron con una misión clara: ser prácticamente indestructibles. Diseñados para soportar golpes, caídas, agua, barro y todo tipo de condiciones extremas, su esencia es la resistencia absoluta. Son relojes que invitan a despreocuparse, a vivir sin miedo a los arañazos o al desgaste.
Sin embargo, resulta curioso cómo muchos de sus compradores parecen más preocupados por protegerlos que por usarlos sin miramientos. Compran protectores de cristal para evitar rayones en una pantalla diseñada para soportar abusos, se preocupan por el desgaste del bisel y adquieren recambios "por si acaso", e incluso algunos los tratan con un nivel de cuidado casi obsesivo, como si fueran delicadas piezas de lujo.
Esta actitud plantea una incongruencia interesante: ¿compraron el G-Shock porque es indestructible o porque les gusta la idea de la indestructibilidad, pero sin llegar a ponerla a prueba? En cierto modo, esta paradoja refleja una mentalidad extendida en la sociedad de consumo: se busca lo duradero, pero se teme que lo duradero deje de parecer nuevo. Se valora la robustez, pero se le da un trato de fragilidad.
Tal vez, más que un reloj a prueba de todo, lo que realmente se busca es la tranquilidad psicológica de saber que se posee algo "indestructible", aunque en la práctica se trate como si no lo fuera. Y es ahí donde el verdadero espíritu de G-Shock queda en entredicho.
Así es la gente ahora. Por culpa de gente así han inventado los SUV, un coche blandito mitad todoterreno y mitad carretera y que realmente no sirve ni para una cosa ni para la otra. Cuando escucho en algún video ponderar ponderar las virtudes de un g-shock porque te vale ir al gimnasio y a la oficina, no se si reír o llorar. Por muy agresivos que sean en su oficina no creo que esa fuese la idea de kikuo ibe. Nunca dicen que vale tanto para varear olivos como para estar diez horas con un martillo eléctrico. Y la culpa no es de casio, sino de la gente que tenemos en esta sociedad y que tu has retratado muy bien en este artículo. Yo trabajo en la obra y llevo un g-shock y me va muy bien, aunque también he llevado un w-800, un dw-291, etc y también me ha ido bien. Aunque he de reconocer que el g-shock estéticamente aguanta mejor y la correa ya tiene 6 años y al dw-291 se la tuve que cambiar a los dos años.
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