Cuando uno tiene un blog por afición, no por contentar a una marca, no porque una marca le pague, no para vender relojes de la marca, sino simplemente porque le gustan y quiere compartir su pasión por estos relojes con otras personas que tienen los mismos sentimientos, y ve cómo su marca favorita hace cosas como estas, no puede menos que sentir un nudo en el estómago y un repentino enternecimiento en su corazón.
El proyecto "My Dream Backpack" ("Mi mochila soñada") es algo que llevan tiempo haciendo en Casio. Probablemente en los medios de comunicación no salga, y apenas haya relojes G-Shock dedicados a ellos, pero es uno de los proyectos más maravillosos de esta marca. Su fin es sencillo: llevar la educación a las aldeas más pobres de China, tratar de ayudar a que niños desfavorecidos en los rincones más alejados, puedan quizá no tanto como tener una oportunidad, pero al menos facilitarles las cosas para animarles a seguir estudiando. Sin conocimiento, sin formación, sin cultura, están perdidos. Casio quiere - dentro de sus posibilidades - ayudarles a que puedan salir adelante.
Las imágenes que veis lo dicen todo. Este mes la estupenda gente de "My Dream Backpack" ha estado en una de esas aldeas "por ahí perdidas", en Banlan, en concreto el día 10 de mayo. La única escuela que tiene data de los años sesenta, un único profesor es el encargado de dar clases a 65 niños de una amplia franja de edades, con unos medios más que rudimentarios, apenas material deportivo, y por supuesto casi nada de tecnología.
El personal de "My Dream Backpack" se jugó el tipo para llegar allí a través de una accidentada y peligrosa carretera de montaña. Y antes hablaba de "esta estupenda gente" porque, hay que decirlo, muchos de ellos son voluntarios que creen no solo en su labor, sino en las herramientas que Casio les ofrece para poder ayudar a todos esos niños. Y la llegada de esos voluntarios fue una fiesta: entregaron artículos de papelería, artículos deportivos para el colegio, calculadoras, proyectores, impresoras para el centro educativo, e incluso bocadillos para los niños, ya que muchos tienen que recorrer largas distancias para lograr llegar al colegio. También hicieron entrega de donaciones para que el colegio pueda gastarlo en lo que más necesite.
Por supuesto esa ayuda no les va a solucionar la vida, pero ya lo ha dicho el presidente de Casio en China, "sólo con el conocimiento y la cultura estos niños podrán cambiar su destino. Estudiando y trabajando, podrán tener una oportunidad". Algunos diréis probablemente que es marketing. Pues vale. Puede que sea. Pero este es el marketing que hace falta, no fichar a estrellas del baloncesto o de la Fórmula 1, que no necesitan nada porque tienen ya de todo y les sale el dinero por los codos. Seguro que tú - y yo - te vas a comprar más a gusto tu G-Shock pensando en estos niños, que no pensando en Sebastian Vettel, por poner un ejemplo cualquiera. Ya me entendéis.
Durante la jornada los voluntarios estuvieron pintando con los niños, y realizando diferentes juegos. Al final de la jornada, los niños se despidieron escribiendo en tarjetas sus muestras de gratitud por la visita.
Por cierto, que no todo era estudiar: en "My Dream Backpack" tuvieron el detalle de repartir también juguetes. La razón es que los padres tienen que salir a trabajar durante muchas horas, hay niños que se pasan la mayor parte del tiempo atendidos por ancianos, y las oportunidades de comprarles juguetes son muy pocas, máxime cuando muchos no tienen siquiera ni para unas simples alpargatas (de zapatillas ni hablemos). Allí, cualquier pequeño detalle en forma de juguete se recibe con gran entusiasmo.
Ojalá este tipo de proyectos se repitan en muchas otras marcas. Sabemos que, a fin de cuentas, una compañía de productos de consumo es un negocio, pero no por eso tiene que dar la espalda a quienes son eso: sus consumidores o, al menos, los consumidores del mañana. Ver al voluntario de Casio con su G-Shock en la muñeca repartiendo regalos para estos niños..., qué queréis que os diga, a uno se le hace un nudo en el estómago, como os decía al principio.
A mí me ha quedado grabada la imagen de la niña abrazando su osito de peluche, no puedo negar que incluso casi me hace emocionarme. Solo por eso merece la pena que Casio siga vendiendo sus estupendos relojes. Y calculadoras, que cuando sean mayores se convertirán, seguramente, en uno de los mejores compañeros de estos y de muchísimos millones de niños alrededor del mundo.
Gracias a toda la gente de "My Dream Backpack" de Casio, por hacer esta maravilla posible.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Como bien dice el artículo, si esto es una estrategia de marketing Bendita sea, ojalá todas fueran así...
ResponderEliminarSi fuera una estrategia pura de marketing, lo airearían a los cuatro vientos y sin embargo yo me acabo de enterar al verlo aquí. Si esto lo hiciera Tudor, saldría David Beckam en todas las revistas del corazón y telediarios del mundo dándole un balón de futbol a un pobre chinito (enseñando bien el reloj) y un balón de diez céntimos costaría diez millones, dinero para todos menos para el chino. Yo prefiero que el dinero de mi reloj no vaya a parar al, ya de por sí, abultado bolsillo de cualquier famoso. Gracias Casio.
ResponderEliminar