Cuando eres pequeño el mundo se hace muy grande. Pero de mayor pasa todo lo contrario, y cosas como tu barrio, que era toda tu vida, se vuelve minúsculo. En mi caso el viaje en tren, para salir de mi pueblo a la ciudad, me parecía toda una aventura. Parte de ese camino lo recorro ahora por sus vías, extinto el tren a las aldeas, se ha convertido ahora su caja en una vía turística.
Algo similar ocurre con los relojes. El modelo digital que teníamos de pequeño nos resultaba completísimo en funciones, a veces no llegábamos a explorarlas (ni a entenderlas) todas. Suficiente teníamos con lograr saber el funcionamiento del cronógrafo, y poder detenerlo y resetearlo.
No hablemos ya de aquellos modelos de Casio que incorporaban algún "extra": hora en todos los modos, termómetro, o la información de puesta y salida de sol. Nos parecía tener una futurista máquina que nos asombraba a nosotros mismos, y nos asombraba el enseñarla a nuestros amigos.
A medida que crecimos, repito, todo aquello desapareció. Bueno, en realidad no dejó de existir, simplemente ya no nos resultaba algo tan sorprendente, y entonces sustituimos el asombro por el lujo y el glamour, y he ahí que aquellas queridas máquinas comenzaron a ser objetos "de marca", da igual si fuésemos incapaces de ver la hora, o si contaban con una precisión de risa en comparación con un cuarzo. Bastaba con que tuvieran brillantina y "caché" para suplir nuestro ego y vanidad.
Esa era una pelea en donde nuestros antiguos y fieles Casio de entonces, casi siempre, perdían. Claro, ante un Patek Philippe, qué puede hacer un Casio, ¿verdad?
Hasta ahora.
La llegada del GPR-B1000 abre un antes y un después en los modelos digitales de Casio. Rompe por fin ese círculo vicioso, y nos permite disfrutar de las mismas sensaciones de reloj completo (y complejo) que teníamos antaño, transformando radicalmente lo que, hasta ahora, creíamos que era lo máximo en este tipo de relojes.
Se trata de un G-Shock, o sea: un reloj deportivo destinado a un público activo, pero también un modelo que gustará de vestir cualquiera que sienta (o tenga) un espíritu joven, independientemente de su edad.
No vamos a venderos aquí este modelo, porque ni somos un blog de ventas, ni nos dedicamos al comercio, ni nos interesa ni nos importa, que es lo mismo que decir que no os vamos a contar "cuentos chinos" para que os entre por los ojos. No tenemos ningún interés comercial en hacerlo, ni de negocios, ni de publicidad, y francamente nos importa un pepino si tenéis pensado comprarlo o no. Simplemente os transmitimos lo que sentimos y lo que nos produce, y sabéis de sobra que somos unos enamorados incondicionales de este reloj. Lo necesitaba Casio desde hace mucho, y también desde hace mucho se lo veníamos demandando. De manera que los mal pensados que nos traten de cambiar de idea, se siente, y se siente por ellos: no lo van a lograr.
Después de hartarnos de esferas analógicas y ana-digis hasta en la sopa, qué os vamos a contar que ya no sepáis. No engañamos a nadie: lo habéis visto vosotros mismos con vuestros propios ojos. De hecho, probablemente bastantes llevéis ahora mismo uno de esos ejemplares representantes de esa rara y "nueva Casio", un Gulfmaster, un Mudmaster o un G-Steel. No tenemos nada en contra de ello (de hecho hemos lanzado muchas florituras respecto a algunos, como los GWG-100), pero qué os podemos contar: comparado con el GPR-B1000 todo lo visto hasta ahora está en un nivel inferior. Por debajo, por detrás, o por su sombra, como lo queráis ver. El Rangeman GPR-B1000 es un modelo que es capaz de eclipsar a todos, esencia de la misma y legendaria Casio que enamoraba a tantos, y muestra de la tecnología más vanguardista.
Será que nos hemos ido haciendo "carcas" y viejos y que nada nos sorprende ya, por eso ver un reloj que sí lo hace le hace tener, de por sí, mucho ganado. Probablemente no sea líder de ventas, muchos "despistados" continuarán con su ruinoso Hublot. ¿Creéis que eso a nosotros nos importará? A vosotros tampoco debería. Peor para quienes, pudiendo tenerlo, se lo pierdan. Para el resto a soñar, que sigue siendo gratis.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Muy buena reflexión, ya sabes que a mi los coches Alemanes y los relojes Suizos...me la traen flojeras.
ResponderEliminarEste reloj es una buena respuesta de Casio, menos mal...parecia que el mundo era girar alrededor de agujas...Es un relojazo, solo hay que verlo y lo mejor de todo, vanidad y herramienta todo en uno.Es el reloj del demonio...
Aún recuerdo los tiempos en que los displays invertidos eran cosa de descerebrados
ResponderEliminarBueno, este tampoco es un invertido al uso, no es un simple LCD a segmentos, estamos hablando de otra tecnología, si conoces los tipos de displays digitales y sus diferencias, te darás cuenta de inmediato.
EliminarSecundo lo que dice Adan, y es un pensamiento que yo también tuve, la ilusión de volver a tener un reloj completísimo.
ResponderEliminarClaro que si de niños un buen reloj de Casio, sería el equivalente actual de 100 o 150€, ahora hablamos de 800, y ese es otro cantar.
Cuando veo cosas como este No.1 F5 (http://en.001phone.cn/no-1-f5-gps-smartwatch-band-html) a menos de 50€, me doy cuenta de lo exagerados que son esos 800€.
ResponderEliminarCiertamente es tosco, solamente tiene 2 sensores, no es solar, y IP67, pero cuesta menos de 50€. Creo que a este paso todos acabaremos llevando uno de estos, y los 10 años que decía el presidente que le quedan a Casio, serán menos de 5 a este ritmo.
Sn mal rollo: ¿y no son exagerados los casi 800€ de un GPW-1000 con GPS SOLO para marcar la hora? Este es, desde mi punto de vista un avance absoluto de Casio y un reloj que según su propio presidente NO pretende competir en el segmento de los smartwatch ni de los relojes multideporte. Es simlemente el G más completo hasta la fecha...
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