Casio acaba de anunciar la adquisición de la firma de software con sede en Tokio, especializada en edición de fotos y retoques, Ripplex. Casio lo que ha hecho es adquirir la mayoría de acciones de la compañía, haciéndose por tanto con el control efectivo de la misma.
La intención de Casio es llevar esa tecnología (y desarrollos posteriores) a sus cámaras digitales Exilim, pero también aprovecharla (Ripplex trabaja muy estrechamente con smartphones) para sacar el máximo partido a la relación entre cámaras digitales y smartphones, un paso un tanto arriesgado teniendo en cuenta que son precisamente esos, los smartphones, los mayores competidores de las cámaras digitales (excepto por el zoom óptico, en lo demás muchos smartphones ya superan en calidad y tecnología a una gran mayoría de cámaras digitales, a lo que hay que unir la autonomía, que suele ser mayor en un smartphone que en una cámara digital).
Tras la relativamente desafortunada aventura con NEC para lanzar sus propios smartphones, Casio parece querer apostar por potenciar su línea Exilim, lo que no está nada mal, aunque en este aspecto le faltaría desarrollar productos propios (o una línea) de teléfonos móviles inteligentes, algo que no van a hacer porque ya han llegado muy tarde al mercado (dominado ahora mismo por Microsoft, Android (Google) y Apple). En este contexto se entiende mejor la decisión de los directivos de Casio, realmente bastante acertada si tenemos en cuenta que pocas opciones más tenían: al no poder competir con un sistema operativo (y dispositivos) propio, no queda otra que ofrecer al cliente el software (las "apps") para que siga resultando atractiva y útil la adquisición de una cámara digital, que trabajará con él. Es algo diferente a lo que intentó con los relojes inteligentes, los cuales lanzó sus modelos con Bluetooth LE que no les funcionó, y luego tuvieron que llegar tarde, deprisa, corriendo (y mal) al mundo de los smartwatches con el WSD-F10. En este sentido ahora toman un rumbo diferente que confiemos en que les dé mejores resultados.
El mundo de las cámaras digitales, como el de los relojes inteligentes, está en constante evolución y pocas salidas le quedan a una compañía tradicional como Casio que ofrece productos tradicionales (cámaras digitales), mientras todos los clientes se inclinan por utilizar sus teléfonos móviles, los cuales no les ofrecen solamente una calidad similar sino que, además, siempre los tienen a mano y compiten con las cámaras en autonomía (ganándolas casi siempre, por cierto).
Casio no es Samsung ni Sony, y sus productos de hardware tienen un nicho muy sectorizado (relojes, dispositivos de logística, diccionarios electrónicos, proyectores, calculadoras...) que se ve amenazado por el producto tecnológico estrella, o sea: el smartphone. El paso a ser una marca de relojes elitista, y la necesaria dependencia de Android para sus terminales logísticos y sus wearables, dejan solamente a Casio con muy pocos productos propietario: el diccionario electrónico (uno de los pocos dispositivos con tecnología propia), las calculadoras, los ecoproyectores, y algunas gamas de relojes -no todas, y cada vez menos-.
Tanto en diccionarios electrónicos como en calculadoras no les va mal, puesto que son líderes, pero obviamente es una tecnología que no tiene la importancia, ni la salida ni las ventas que tenía hace diez o veinte años. Los relojes otro tanto de lo mismo, y de hecho que sigan manteniendo gamas como Collection o Data-Bank, y que aún así continúen lanzando y ofreciendo productos nuevos en ellas es ya todo un logro, porque ninguna otra marca lo ha podido hacer (ni lo puede ofrecer, a día de hoy, excepto marcas que "remarcan" módulos y movimientos chinos, pero que no producen ni diseñan ellas mismas). G-Shock se salva por la corriente juvenil, de moda y complemento en que está fuertemente posicionada (y sin rival), pero aún así el cambio de rumbo hacia modelos elitistas y premium de alto lujo (no hay más que ver el GWF-D1000, de 1200 €, algo impensable en G-Shock no hace muchos años), y en Edifice que cada vez roza y se parece más a clónicos de Oceanus, es un buen indicativo de las turbulentas aguas en las que intentan nadar las submarcas de relojes de Casio.
Curiosamente, mientras que en productos profesionales Casio es líder en los productos que ofrece (logística y almacenaje, y proyectores), en productos de consumo ya no es ni mucho menos la marca que era.
El futuro no pinta nada bien, sobre todo para Collection, y la presencia casi testimonial de unos pocos digitales en esas gamas asequibles nos hace ver muy bien que los números no cuadran, aún a pesar de ser modelos antediluvianos como los F-91 líderes de ventas. Pero con F-91 solamente una multinacional como Casio, obviamente, no puede sobrevivir.
| Redacción: ZonaCasio.com
Sale a colación un aspecto muy interesante. Casio lidera en la gama de productos profesionales: calculadoras, diccionarios, proyectores, ... En cambio no lo hace, y parece que pierde liderazgo progresivamente en el consumo: relojes, cámaras digitales, ...
ResponderEliminarFijaros que donde aún lidera, es donde tiene tecnología propia, quizás porque a nadie le interesa invertir para un pastel tan pequeño, pero quizás también porque es una tecnología lo suficientemente fiable, y avanzada, como para que a los competidores les lleve algunos años de conquistar.
Y lo que vemos en nuevos lanzamientos, a parte de los precios caros, es tecnología de terceros, tanto en gamas altas, como en gamas bajas...