No suelo ver el fútbol, no me gusta, me aburre, y no hay nada que me parezca más monótono e insoportable que ver a veinte... (¿eran veinte?) hombretones sudando la gota gorda pegándose patadas por una pelota. Me parece infantil, absurdo y hasta vomitivo. Más aún cuando veo los miles de millones de euros que se gastan en esas cosas (culpa de los miles de aficionados que van a verlo, claro, sino de dónde iban a sacar el dinero). Tengo amigos, futboleros ellos hasta la médula, que acabaron hartos de mentiras y vanalidades y se pasaron al mismo lado que yo, el de los descreídos, como esos que deciden dejar de fumar tras mucho tiempo y solo entonces se dan cuenta de la enorme tontería que era eso de sostener un cigarrillo en la mano. Más o menos.
Pero eso no quiere decir que no me guste la buena lectura y la suculenta redacción, venga de donde venga, y aunque el tema central sea el fútbol y escriba sobre ello, tengo que reconocer que algunos de los posts de Antonio Agredano en su DDF ("Diarios de fútbol") me gustan bastante. De enmarcar fue su "Compañeros de trabajo" del otro día, por ejemplo.
Pero mira tú por donde hoy me he encontrado con uno, escrito ayer, en donde se compara con un reloj Casio. Y hace una similitud brillante, diciendo: "Mi reloj biológico sigue siendo un Casio al que si enciendes la luz se le borran los números". No me digáis que no es genial, y que es muy ilustrativo de cómo nos sentimos a veces también muchos de nosotros.
Seguiré sin ver fútbol, pero, al igual que antaño escuchaba a Jose María García por la radio simplemente para oírlo divagar -y por los oyentes que tenía estaba claro que yo no era al único al que le encantaba-, aun a pesar de que de fútbol no tenía ni la más mínima idea -esa era una de las ventajas: que daba igual tu conocimiento, enseguida te hacía entrar en la dinámica como si le escucharas desde siempre-, disfrutaré leyendo a gente que, como yo con los relojes, sabe ponerle su pasión y su alma en todo lo que escribe. Y ante eso casi da igual, casi, el tema del que trates.
| Redacción: Zona Casio
Este buen hombre necesita urgentemente un nuevo cambio de pila de su Casio, el día menos pintado tendrá un apagón definitivo y el pobre pasará a mejor vida, a menos que su dueño tenga a bien darle nuevamente movimiento cambiando su fuente de energía casi termonuclear “La Pila”.
ResponderEliminarHay que ver la gente como apura al máximo los Casio, no he visto cosa igual, hay gente que los exprime hasta tal punto que solo queda de ellos el esqueleto, en algunos casos los he visto magullados, con el cristal destrozado a medio caer, con trozos de plásticos desprendidos y siguen como si nada dando la hora…. En definitiva, muchos de estos Casio con años a cuestas cuando los observas detenidamente parecen como si vinieran del mismismo infierno, y es que ya se sabe que estos relojes cucaracha son capaces de aguantar hasta un ataque nuclear, son unos supervivientes y como tales su modus operandi es el de plantar cara al tiempo ya que este no les intimida lo más mínimo, solo tienen miedo al apagón de la pila, a no volver a dar la hora nunca más y no sentirse útiles, pero por lo demás, las muescas y marcas del tiempo son su seña de identidad, así que mientras que no este lo suficientemente destrozado o cayéndose a pedazos abogo obligatoriamente por el cambio de pila el día que no de señales de actividad ni muestre ningún pulsos electrónico.