En efecto: su significado es la última tortura a la que se somete a un G-Shock, en este caso a un GLS-5600 a quien no solo le hacen pasar los chicos de Fishki debajo de las ruedas de un coche (no se por qué la gente se empeña en hacer esa prueba como muestra de resistencia, porque a las ruedas de goma de un coche casi cualquier reloj de acero podría también sobrevivir) sino que -y he aquí lo interesante- se ponen a darle de martillazos para ver "qué pasa".
En esta entrega no se acaba todo, porque animan a los visitantes a que dejen sus propias propuestas de tortura a las que someter al G-Shock. Y es que siempre habrá gente que intentará averiguar por sí mismos el por qué son populares los G-Shock, y poner a prueba su leyenda. Y si lo consiguen ¿se pondrán a gritar: "¡yo, yo he sido el primero en romper un G-Shock!"? No estaría de más recordarles que Casio no da ningún premio por romper un G-Shock. Ni siquiera devuelven otro nuevo... para que lo sigan rompiendo.
| Redacción: Zona Casio
No hay comentarios:
Publicar un comentario