Hace algún tiempo un experimentado restaurador estaba valorando un objeto de los años cuarenta, y comentaba que tenía un movimiento integramente construído con piezas de metal, "como se hacía antes", y que por ello siempre se podría restaurar. "Los buenos mecanismos se notan en cuanto los ves, antes los hacian para durar", comentaba. Alguien le preguntó qué diferencia había con el plástico, y explicaba: "el metal siempre lo puedes pulir, barnizar, pintar e incluso soldar. Al plástico no le puedes hacer nada".
Bueno, eso no es del todo cierto: el plástico también lo puedes soldar, e incluso reparar con distintos tipos de resinas. Pero es verdad que la solución suele quedar más como un parche, y si quieres que el reloj no pierda valor has de recurrir sin remedio a los recambios.
Toda esta historia me hizo recordar los últimos módulos de Casio. El 3294 (el módulo que montan los B640 o los W-202) es, simplemente, desastroso. Pocos módulos he visto tan débiles (a excepción del 3057 que monta el EFD-1000, como ya hemos dicho alguna vez) como ese. Y eso (o tal vez esa sea la razón) a pesar de ser un módulo de la última generación.
Al extraerlo, las patillas, que van "sueltas" en la misma caja y retenidas únicamente por la presión del propio armazón contra los botones, se caen o "salen volando". Una vez extraídas ponerlas de nuevo en su lugar es tarea imposible, y tienes que ser más que un manitas para hacerlo.
Lo peor no es eso solo. Las patillas van rodeadas de una enormemente "cutre" cinta plástica autoadhesiva (en alguna de las fotos podéis apreciarlo) de color blanco. Todos sabemos lo que les pasa a los pegamentos con el tiempo: se resecan y dejan de cumplir su cometido. En un módulo digital usar pegamento es algo irremediable (y no pasa nada, no hace al módulo peor), pero recurrir a "parches" de trozos de cinta autoadhesiva por todos lados, y en zonas en que los módulos antiguos no las necesitaban (como la de los botones) me parece un paso atrás más que evidente. Hay módulos digitales robustos, con amplio uso del aluminio en la placa, y Casio tiene muchos de los mejores. Pero, por desgracia para los fans del 3294, éste módulo no lo es.
Un robusto módulo encerrado en una robusta caja de metal con las justas, sólo las justas, e imprescindibles, píezas de plástico es el de los GW-5000 y DW-5000 (DW-5030), porque incluso su bisel de goma hace que nos evitemos pulir el metal, si llega el caso. Los modelos analógicos de algunos MTD también recurren a muchas de sus piezas en metal (gracias a Miyota), e incluso, y a diferencia de otras marcas, sus índices o números van grabados sobre el fondo (y en muchos casos no pegados, no son raros los relojes cuyos índices también se despegan con los años).
Yo soy de la creencia de que los digitales son relojes enormemente más robustos, duraderos -y fiables- que los analógicos. Por muchas razones que no vienen al caso enumerar aquí. Pero eso sí: siempre y cuando tengan un módulo muy bien diseñado, ensamblado, y estén integrados en una caja que esté a la altura. Por desgracia, estos tres aspectos cada vez se cumplen menos en la actualidad, y muchos fabricantes producen sus módulos únicamente pensando en que aguanten lo que el resto del reloj dure, y no mucho más alla.
| Redacción: Zona Casio
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