¿Bluetooth? ¿GPS? ¡Mucho más! El reloj Casio que era toda una emisora de radio FM

Conozco multitud de modelos de Casio, pero aun así hay algunos que no dejan de impresionarme. Entre ellos se encuentra sin duda el reloj que te informaba de la intensidad de radiación ultravioleta que estabas recibiendo (sí, en una época, los ochenta, donde eso de la radiación y los diferentes niveles de intensidad, así como la protección del bronceador, era cosa sólo de algunos "frikis"), del cual quizá hablemos en alguna otra ocasión. Este modelo que os traemos aquí es también de esos años ochenta en donde Casio hacía de todo, y podías tener en tus manos prácticamente cualquier invento futurista que se te antojase. Obviamente, no estaba al alcance de mucha gente (la mayoría teníamos un humilde "F", y gracias), pero la miniaturización que habían alcanzado los japoneses en sus diversos sensores y placas era asombrosa, y no en vano por aquéllos años se decía mucho la popular frase de "los japoneses hacen lo mismo, pero más pequeño".

El Casio TM-100 que os traemos hoy aquí es uno de esos relojes muy adelantado a su época. Ciertamente ahora está superado (incluso mi reproductor MP3 ya hace eso), pero piensa que para que algo así se generalizase a día de hoy han tenido que pasar casi treinta años, lo que da una muestra de la espectacularidad de los modelos Casio de entonces.

El TM-100 data de 1987, y su principal característica es que es en sí mismo toda una estación de radio FM. Como lo oyes. Era capaz de emitir señales de radio y para ello hacía uso de una antena telescópica integrada, así como de un pequeño micrófono. Con ello podías hacerte una emisora donde quisieras, y emitir hacia los radio-receptores más cercanos (obviamente, su radio de alcance no era uno de sus puntos más fuertes, pero así y todo estaba en torno de los 50 a 100 metros).

Un pequeño sintonizador hacía que pudieras elegir incluso la banda de Megaherzios en FM sobre la que quisieras emitir (incluyendo sobre las estaciones oficiales...). Para ello hacía uso de dos pilas, una dedicada exclusivamente a las funciones propias del reloj, y la otra a las funciones de "broadcasting". Como supondrás, la duración de esta última pila era casi anecdótica, pero en Casio lo habían previsto todo, y por ello en su tapa trasera se incluía un dispositivo de cierre con acceso rápido, para que pudieras cambiarle la pila y volver a sacar al aire tu propia emisora en un instante. Pero aún así, y muestra de lo que era capaz de hacer Casio, en modo radio y en emisión constante su autonomía era de unas asombrosas cinco horas. Una vez cerrada la emisión podías recoger su antena, la cual gracias a la perfecta ubicación en un lateral y con su punta final en el mismo acabado del reloj, se acoplaba perfectamente en la estética del TM-100 sin apenas molestar.

El módulo era el 661 y era un modelo tan extraño que incluso en Japón (su principal mercado destino) no era muy conocido.

| Redacción: Zona Casio