¿Cómo probamos los relojes en Zona Casio?

Desde Zona Casio creemos que sería bastante interesante que supiérais un poco lo que hacemos cuando tenemos la oportunidad de probar un reloj, nuestras "meteduras de pata" (que también las tenemos), vicisitudes y desvelos. Antes de entrar en materia, queremos advertirles a los más férreos amantes de los Casio que tal vez sientan algunos escalofríos con lo que van a leer. Por lo tanto, si eres uno de ellos y crees que no podrás resistir el duro trato que vamos a describir, no sigas leyendo (obviamente, ésto lo decimos un poco para quitarle hierro al asunto y en plan cómplice, ya que cualquiera puede leer este artículo perfectamente, faltaría más).

Muchos de vosotros no creeríais lo que pasamos (y les hacemos pasar) a algunos relojes. Como veréis a continuación, cuando decimos en alguna prueba o artículo que determinado reloj es robusto y fiable, es porque verdaderamente lo es, no hablamos por conjeturas, por publicidad, por marketing o por "hacerle la cama" a Casio.

Y, hablando de Casio, empezaremos con ellos. Cuando decidimos en su día probar el antimagnetismo de algunos de sus modelos, les pedimos ayuda a Casio Internacional para que "nos echara un cable", enviándonos algún modelo que tuvieran en su SAT, aunque estuviera estropeado. Amablemente, Casio Europa nos respondió que no había problema, pero que remitiéramos la petición a Casio España. Es decir, "se pasaron la pelota". Casio España no sólo no nos atendió, sino que ni siquiera -al menos hasta el día de hoy- nos respondió. "¿Miedo a lo que pudiera pasar?", nos preguntamos. Pero eso no nos detuvo: ni cortos ni perezosos, destripamos nosotros mismos uno.

Otra anécdota la vivimos con el AL-190W con capacitador. No pocos se planteaban serias dudas sobre su capacitador, y nosotros fuimos más allá añadiéndole uno de los estupendos acumuladores de los Tough Solar. La información sobre ello, nula; no existía nada, ni siquiera las mejores páginas web o foros podían asegurar ni voltajes, ni modelos a usar, ni tipo de capacitador... Nosotros no sólo resolvimos esas cuestiones técnicas (que luego ayudarían y servirían de base a más de uno) sino que lo sustituimos y ahí está, funcionando "a pleno rendimiento", sin ningún problema, y a máximo de carga. Pero lo que nadie sabe es que, para constatarlo, volvimos a destripar el AL-190W, y le instalamos su acumulador para descargarlo en un W-S210. Como no podíamos esperar años y años a que el acumulador se quedara a cero, se nos ocurrió recurrir a la iluminación LED, y así estuvimos un buen rato (mucho rato, es increíble lo que aguanta un acumulador a tope de carga) pulsando sin parar el botón de luz comprobando que, en efecto, seguía con mucha carga. La solución nos pareció tan acertada que le pusimos un acumulador totalmente nuevo, de fábrica, para ése reloj.

Y hablando del W-S210, sus tornillos de cierre de la tapa posterior se quedaron prácticamente inutilizados con un par de aperturas (tenéis uno de ellos en las imágenes). Es el problema de las cajas de resina: que hay muchas probabilidades de que la rosca de la caja acabe siendo devorada por los tornillos de metal. Este problema es bastante habitual, incluso en G-Shock con cajas de resina y tornillos (no con tapa de rosca, obviamente). Incluso sacamos alguna que otra foto de su estado para realizar un post sobre ello, pero al final arrojamos las fotos a la papelera porque no nos pareció muy destacable.

Otros modelos fueron tan pésimos, que se nos deshicieron, prácticamente, en las manos. Éste es el caso del EFD-1000D. Su resistencia y robustez de construcción exterior nos encandiló, pero cuando lo abrimos vimos que su módulo era uno de los más endebles, ¡al extraerlo, se nos partió, literalmente, por la mitad! Una fragilidad tan patente que ni el Nowley tenía. Y ahora que tocamos ese tema, fuimos unos de los primeros en poner en duda la robustez de los Nowley "G-Shock". Tuvimos uno entre manos, y no nos quedamos sólo en su decepcionante aspecto exterior, sino que lo desarmamos por completo buscando un "made in..." que no tenía. Como es habitual en nosotros, no nos quedamos ahí: decidimos ponernos en contacto con su fabricante, el cual, amablemente, nos respondió. Todo iba bien hasta que le preguntamos dónde fabricaban sus relojes. Silencio absoluto. Jamás obtuvimos respuesta. Por fortuna, nos lee mucha gente, y uno de los que nos leyeron fue un distribuidor de Nowley que nos confirmó lo que todos suponíamos: eran módulos chinos echos "a granel" y convenientemente "remarcados a posteriori".

Si os contásemos todos nuestros quebraderos de cabeza con los relojes y con distribuidores, probablemente os cansaríamos, así que intentaremos resumir. El reloj más decepcionante que pasó por nuestras manos fue, sin duda, el LDF-10. Cuando lo probamos en su día, le retiramos las correas, y a partir de ahí se estropearon: la caja de resina es una de las más débiles, parecía no estar hecha para esa correa. Paradójicamente, también comprobamos la fiabilidad y robustez de su módulo, para lo cual lo desarmamos, lo destripamos, le quitamos el filtro LCD, lo desinvertimos... Le hicimos "mil perrerías". Y acabó sorprendiéndonos de su resistencia y lo bien ensamblado que estaba. Lo mejor del reloj, sin duda.

Y hablando de correas y pulseras, merece mención aparte el G-Shock GW-M5600. Su armis nos dio no pocos quebraderos de cabeza, hasta casi llegar a destrozarle la caja, cuando, finalmente, averiguamos que esos armis están forzados porque no suelen venir suficientemente bien mecanizados. ¿La solución? Un ligero rebaje (con cuidado y delicadeza) que le realizamos con un "cutter" en la zona de unión con la caja, y ensamble perfecto.

Al G-7800 le pasamos puntas de destornillador y hojas para comprobar su bisel, y al AE-1000W le intentamos despegar el bisel para ver cómo estaba de bien ensamblado. Pero sin duda la tortura más catastrófica la llevó el AMW-710: le pasamos una navaja por la corona, le intentamos arrancar los números a ver si se le soltaban e, incluso, le llegamos a hacer saltar una esquirla (lo podéis ver en uno de sus laterales), y luego lo golpeamos contra porcelana para ver si el metal "sonaba a metal" o era un recubrimiento de resina. Pasó todas esas pruebas de manera soberbia, demostrando que es todo un relojazo y duro como una roca.

Como veis, cuando nos ponemos a probar un reloj, lo intentamos probar de verdad.

| Redacción: Zona Casio