Los primeros relojes de pulsera se inventaron y se usaron en Europa durante el siglo XVII. Fueron los jesuítas portugueses y españoles quienes llevaron los primeros relojes a Japón, y más tarde también los comerciantes holandeses. Se dice que el primer reloj mecánico que llegó a Japón fue llevado por San Francisco Javier en el año 1551, presentándoselo a un señor fudal (el daimyo) en lo que sería hoy la prefectura de Yamaguchi.
Los japoneses habían desarrollado su propio mecanismo de reloj durante el periodo Edo (de 1603 a 1867), conocido como "Pillow Clock" (el "reloj de las almohadas") o Wadokei en japonés. Con un sistema de contrapesos, era necesario que fuera ajustado cada día, y el reloj europeo, por las características especiales de los horarios japoneses de la época (con seis unidades de tiempo diurnas y seis nocturnas) fue todo un desafío para los relojeros de la época.
Además de esta variación, dependían también de las estaciones, por lo que cada periodo de día y de noche no era siempre el mismo (salvo en los equinoccions, donde son iguales).
En el periodo Meiji del siglo XIX pudo popularizarse el reloj, con la introducción de tecnología moderna y técnicas de ingeniería occidentales, por el precursor de lo que hoy en día es el fabricante Seiko.
El primer reloj de pulsera fue producido en Japón en el año 1913, y Seiko también fue el primero en producir el primer reloj de cuarzo de uso genérico en 1969, y fueron pioneros también en el primer reloj multifunción digital, en 1975.
Japón (o, mejor dicho, las marcas japonesas, puesto que muchas de ellas tienen su producción en otros países asiáticos) es ahora uno de los primeros fabricantes de relojes del mundo, tanto en tecnología cuarzo, como en movimientos mecánicos.
| Redacción: Zona Casio
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