Uno de los aspectos que más destacaríamos en el G-Shock GBD-200 es su interfaz de usuario, la cual es toda una delicia. Tiene el aspecto de un moderno smartwatch de última generación, con ese sabor añejo a reloj digital convencional o, más bien, retro-futurista, una combinación que, acompañándola con la intuitiva forma de manejarla y moverse por sus menús, nos cautiva con su facilidad de uso.
Sorprende el extenso menú de configuración, con multitud de opciones que incluyen la personalización del reloj con datos biométricos de la persona, y un detalle importante: la posibilidad de indicarle en qué brazo llevamos el reloj, con el fin de hacer más preciso su acelerómetro. Para las personas que solemos usar reloj en la mano derecha (y que estamos tan olvidadas en muchas ocasiones por los fabricantes, ya que la mayoría de cajas se diseñan para las muñecas izquierdas), es un elemento a tener muy en cuenta.