El reloj más injustamente olvidado de Casio

Hace ya bastante tiempo, cuando los primeros Pro Trek con el nuevo sensor V3 empezaban a aparecer, ya publicamos en este blog que, conociendo a Casio, acabaría satisfaciéndonos poniendo esa tecnología a nuestro alcance en la enormemente atractiva gama Outgear. Han pasado los años e incluso G-Shock se ha beneficiado de esta nueva tecnología de sensores pero, como adelantamos en su día, también la tenemos ya en Outgear.

Por desgracia esa sub-división dentro de Collection es injustamente olvidada. Por supuesto Casio, de manera lógica y comprensible a mi parecer, invierte todos sus esfuerzos, marketing y campañas en Pro Trek y en G-Shock, y de Collection casi como que "pasa" olímpicamente. A cambio, puedes encontrar magníficos modelos, relojes brutales en ella, a unos precios que, gracias precisamente a eso, no tienen rival y superan, tanto en calidad como en tecnología, a cualquier otro producto que exista en el mercado.




Los modelos SGW-1000 recuerdan muy mucho a los Pro Trek pero, por supuesto, no son un Pro Trek, aunque internamente lleven lo mismo. Casio ha rebajado sus materiales de construcción a lo mínimo, para que podamos conseguir una tecnología de Pro Trek a un precio realmente rompedor. Los Casio SGW-1000 tienen todo lo que las gamas más completas de Pro Trek ofrecen, pero por unos precios que giran en torno a los 140 €, lo cual es realmente destacable. En ellos encontramos un módulo al que casi no se le hecha en falta de nada, con hora en todos los modos, tres posibilidades de visualizar el display principal, sonido de los pulsadores desactivable e incluso una asombrosa precisión de +/- 15 segundos por mes. La verdad es que tener todo eso, junto con el Triple Sensor, que solo se ofrece en Pro Trek a un precio dos o tres veces más, es muy de agradecer.

Es cierto que a cambio tenemos que pelear con otro tipo de inconvenientes. Por ejemplo, su circuitería ya no se alimenta de energía solar, sino de una pila CR1616 con autonomía prevista (según el uso) de dos años. Pero también es cierto que está acorde con las pilas de este tipo de relojes (muchos de los modelos de antes que solo ofrecían termómetro, y no tenían Triple Sensor, no iban mucho más allá en autonomía). Además, esa sería la autonomía si en Pro Trek no tirasen de acumulador, que requiere una recarga constante. Pero a su favor Casio le ha añadido algo que, para mí, es sumamente valioso, y que no suele hacer en sus módulos a pilas: le ha incluido un alerta de pila baja, junto con una función digamos "de ahorro de energía" en donde todas las funciones del reloj se quedan apagadas con el fin de que el reloj pueda seguir sirviéndote como tal (o sea, para dar la hora) hasta que puedas sustituirle la pila. Recordemos que los Pro Trek de los años noventa no iban mucho más en autonomía, y encima hacían uso de varias pilas, y no solo de una como en estos SGW-1000, por lo tanto comparándolo fríamente estamos ante una realización majestuosa de Casio. Incluyendo además todas las funciones que hereda del mejor módulo actual de Pro Trek: LCD resistente a las bajas temperaturas, cronógrafo de 1000 horas, temporizador de 24 horas, datos solares, cinco alarmas, iluminación seleccionable, auto-iluminación... Y un largo etcétera que deja en evidencia que estamos ante un reloj sin competencia. No es extraño, por tanto, que probablemente para que no pueda competir con el resto de la gama Pro Trek el SGW-1000 actualmente aún no se venda en todos los mercados.


Por cierto, que además tenemos la opción de elegir una preciosa versión con correa de nylon y con hebilla metálica, que es lo que le faltaba a este reloj para ser, sin duda, uno de los mejores digitales de Casio en la actualidad. El hecho de tener caja y cristal de resina en este tipo de relojes ya he dicho que no me molesta, y creo que al potencial comprador y destinatario de ellos no debería molestarle. Entre otras cosas, porque la resina lo aligera mucho, algo vital en un reloj deportivo y destinado al movimiento continuado de manos y brazos (por ello lo mejor es de resina, o bien recurrir a un metal exótico como el titanio, pagando su sobreprecio obviamente), y el cristal de resina está bien protegido por un magnífico bisel, marcado con la Rosa de los Vientos, y facilita el que, si por algún accidente se rayase, podamos pulirlo por nosotros mismos, cosa que el cristal mineral en los Pro Trek no permite hacer.

Y recordemos, para concluir: todo ello por 140 € aproximadamente. Es que estamos hablando de lo último de lo último en microtecnología de sensores, por poco más de cien euros. A este reloj se le debería dedicar un monumento, sinceramente, pero, ¿por qué nadie habla de él? Porque sólo los que saben lo que buscan y lo que ofrece, lo tienen en cuenta y lo valoran lo suficientemente bien.




















| Redacción: ZonaCasio.com