Era un fin relativamente anunciado. Prácticamente sin actualizaciones desde hacía un par de años, la versión que en su día naciera como refuerzo de G-Shock acabó siendo una especie de anécdota en los Estados Unidos. Los G-Shock Mini intentaron llevarse un público femenino o/y masculino que les gustara la estética de los G-Shock "convencionales" pero que, sin embargo, se sintieran un poco cohibidos por su tamaño. No tardaron en quedarse en una especie de "limbo", de "tierra de nadie", con lo cual no terminaron de calar. A eso hay que unir su relativamente poca distribución: únicamente en el mercado de Estados Unidos (y Canadá) podían adquirirse.
La idea no estaba mal, pero, ¿realmente hacía falta? Los G-Shock (exceptuando algunos modelos como el GX-56 o G-001) no quedan mal en ninguna muñeca (aunque algunos puedan resultar aparatosos). Y, para las chicas, Baby-G cubría de sobra sus expectativas. Lo que sí hubiera sido lógico es que Casio dedicase sus energías a enriquecer la línea Baby-G, y no a lanzar unos G-Shock "en pequeño" que a todas luces era una pérdida de recursos.
Finalmente, parece que la lógica y la razón ha vuelto a las cabezas pensantes de los responsables de Casio en Estados Unidos, y ahora incluso la página oficial no es más que un desvío a la principal de Baby-G. La página de presentación de los modelos "mini" se ha quedado también sin versiones, y sólo un banner recuerda lo que un día fue.
No tenían mucho sentido esos relojes, porque ni eran de chica, ni eran de chico. Y, además, por lógica (el desarrollo de un modelo "mini" no es precisamente fácil, aunque parta de un modelo más grande) la variedad de relojes que se podían elegir era casi ridícula.
Creo no equivocarme si afirmo que nadie echará de menos los "mini".
| Redacción: Zona Casio
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