Por lo que nos dicen, la mayoría de los que nos leen coinciden con nosotros respecto a la controversia generada por Casio en relación a la deriva que actualmente están llevando con su división de relojería. Pero sin embargo he de confesar que lo siento mucho, y que me duele bastante hablar así de Casio, una marca a la que tanto admiro y por la que siento tanto respeto y cariño.
En primer lugar, lo siento porque con Casio tengo muy buena relación, son gente amabilísima, cordial, que busca y quiere lo mejor y que intentan como mejor se pueda sobrevivir en este desesperante y estresante mundo de la tecnología, las modas, el marketing, los complementos... Los relojes, en suma. Porque además también tienen que lidiar con la encarnizada lucha que desde otras marcas les plantan cara, no solo desde los elitistas suizos, sino desde los torpes modelos low-cost.