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4.12.2020

A cuarenta minutos


Tardaba cuarenta minutos exactos por mi F-91 en ir a su casa. Tenía que atravesar la parte alta de la ciudad, recorrer aquellos puestos que, en verano, se llenaban de frutas frescas, flores o ropa de temporada. Arriba, antes de doblar la esquina, se encontraba la tienda de artículos para artes marciales ante la cual me detenía para admirar sus katanas, con la revista Dojo enrollada en mi mano.

Su nombre me llenaba de poesía. Y dábamos clases por las tardes a niños con especiales dificultades.

3.05.2020

Un mensaje en una línea. Un día en los años noventa


Ya que tuvo tan buena acogida el "Un día en los años setenta", vamos a hacer algo parecido -bueno, quizá un poco más "técnico"- con este "Un día en los años noventa".

Mientras en los sesenta los más jóvenes se reunían para organizar aquellos "guateques" donde quiera que hubiese un enchufe al cual conectar un tocadiscos, en los setenta cualquier rincón del parque o del campo podía ser una sala de fiestas, gracias a la aparición y masificación de los radiocasettes.

En los ochenta la música pasó a ser algo más personal, que uno podía disfrutar a solas - y por fortuna ya en cualquier parte -, gracias a los Walkman. Luego llegarían los discmans pero, si algo destaca en ese sentido en los noventa, fueron los MP3 Players. El formato MP3 supuso una auténtica revolución a mediados de los noventa, cuando gracias a él la música - por fin - comenzó a difundirse libremente por Internet. Y es que este formato permitía aligerar brutalmente el peso de los archivos de audio, con calidades cercanas como las de un CD. El estándar sería aprobado en 1992, justo cuando el DW-5900 fue presentado por Casio. En el 97 sale a la calle el primer reproductor de música para ese formato, era el MPMan, con 32 o 64 MB de capacidad, suficiente para llevar con nosotros de 6 a 12 canciones.

1.14.2020

La magia del tiempo


El tiempo, ese bien tan preciado, cantado por filósofos y poetas. El tiempo es muy valioso, en eso todos estamos de acuerdo, y por lo tanto, ¿por qué no mostrar esa enorme valía, indicándolo en un hermoso reloj?

No nos estamos refiriendo a esos elitistas "muestratiempos" suizos, sabéis que aquí no vamos de ese palo. Casio tiene muchos de estos "clásicos" en su catálogo, relojes que parecen obras de arte, como llevar una pieza digna de exponer en un museo, o una interpretación de una catedral gótica, o de un palacio del Renacimiento.

10.11.2019

De niño a adulto


Durante el colegio había un elemento que marcaba más que ninguno el paso de la niñez a la adolescencia: el cuaderno. De usar pequeños cuadernos tamaño A5 para las tareas escolares, con los que más o menos nos sentíamos muy familiarizados, cuando pasábamos a ciclos superiores la necesidad de tomar más cantidad de apuntes y albergar más información nos empujaba a utilizar cuadernos más grandes, y así pasábamos a usar los cuadernos "tamaño folio", los A4.

No solo eran los cuadernos los que habían cambiado, acompañándonos en nuestro crecimiento intelectual. También la vestimenta y, por supuesto, nuestros complementos. De aquellos iniciales relojes de las F Series o de las W Series (F-10, F-30, F-84, W-24 o W-14), empezábamos a inclinarnos por relojes más "serios", con aspecto y especificaciones más radicales. Los más afortunados, los DW-5000 y familia de las Five Series con caja de metal, los menos, DW-5900, DW-6900 y derivados.

4.13.2019

Decir la hora "en digital"


Para todo hay una primera vez, dicen, incluso para cambiar la forma en la que te comunicas "horariamente" con la gente. Esta mañana salía del hogar de transeúntes encontrándose conmigo un sudamericano, el cual me preguntó: "¿y qué hora tienes, amigo?". "Las nueve y treinta y seis", le respondí yo. No le dije "las diez menos veinticinco pasadas", no "las diez menos veinticuatro", sino "las nueve y treinta y seis", es decir, las "9:36", o más exactamente en formato militar y veinticuatro horas, las "936" ("las novecientas treinta y seis").

Puro y duro formato digital.

9.07.2018

El "escaparate" de Internet


Casio tiene algo muy bonito: que por muy poquito dinero nos podemos dar un capricho. A veces es una auténtica necesidad, pero otras veces es por placer. Nos enamoramos, sin razón en ocasiones, de ese reloj que quizá sea sencillo, pero que nos recuerda a nuestra infancia y/o juventud o, simplemente, nos atraiga por sus colores o por sus detalles magnéticamente.

Recuerdo la primera vez que conseguí un DW-5600. Como bien sabéis, el módulo no es para tirar cohetes (casi es mejor el del F-91, con mayor autonomía) pero el reloj tenía un "no se qué" que me hacía desearlo. Quizá fuera porque todo el mundo hablaba maravillas de él, porque era el "G" básico que todo el amante de G-Shock que se precie tenía que tener, o por su increíble historia y antigüedad.

8.15.2018

Inicio de temporada y 30 años del F-91


El Casio F-91 es un modelo icónico dentro de Casio. ¿Quién no lo conoce? Más aún nos atreveríamos a decir: ¿quién no ha tenido, al menos alguna vez en su vida, uno? El año que viene se celebran, ni más ni menos, que su 30 Aniversario, y aquí en ZonaCasio no podemos, por supuesto, pasarlo por alto.

Hemos decidido hacer algo diferente para la presentación de una fecha tan especial, y que también sirve para inaugurar la nueva temporada del blog (que es la séptima, ni más ni menos, casi una década ya con todos vosotros..., ¡como pasa el tiempo!, -como alguien diría-), algo que sea un poco más divertido que el habitual artículo conmemorativo. Y ese algo, además de incorporarlo a nuestra cabecera, es diseñar un simpático "icono" de muchas de las versiones (ya sabéis que hay bastantes más) del F-91, que además de curioso seguramente os hará pasar un entretenido rato admirando el diseño de este excepcional reloj, copiado por casi todas las marcas (y no hace falta irse muy lejos ni a China, la última en apuntarse al carro, la española Marea), imitado hasta la saciedad, pero nunca superado. El reloj incombustible, y el reloj más socorrido cuando te hace falta un reloj que no te falle. Un buen reloj. Eso es -y mucho más- el Casio F-91.

5.21.2018

Exiliados del mundo digital


Recapacitando en una de las fantásticas explicaciones que Guti me daba en uno de los programas de las "Five Series" (que, Dios mediante, veréis publicado en las próximas semanas) me ha llamado poderosamente la atención una de sus opiniones. Tanto es así que llevo sin quitármela de la cabeza desde esta mañana, en donde la leía en el móvil. Guti decía que probablemente en un tiempo los relojes que use sean analógicos, por cuestiones tan obvias de que la hora se ve (incluso "se intuye") mejor en ellos. De hecho, como bien sabéis, ni siquiera es necesario leerla: se puede consultar por la posición de las manecillas sobre la superficie plana (o ligeramente cóncava) de la esfera.

Y todo esto a raíz de que hace unos días, la semana pasada, caminaba por la ciudad y mientras esperaba un semáforo me encontré de frente con un instituto. Es uno de esos institutos surgidos de la era franquista y que aún sigue funcionando el cual, a pesar de las continuas reformas, no puede ocultar su estilo "setentero". En él aún se mantiene, en lo alto, un viejo reloj de manecillas. Yo estaba a bastante distancia, una avenida más allá esperando ante el semáforo, como digo. Pero a pesar de no llevar gafas (tenía las de sol puestas) pude ver claramente la hora gracias a sus gruesas manecillas y al contraste de éstas, en negro, con el fondo blanco (un blanco ahumado ya por los años y los humos de los escapes, pero blanco en todo caso). No sé por qué me vino a la mente el que bien podría haber sido un reloj digital, y a continuación surgió casi de forma inevitable una pregunta en mi subconsciente: "¿y si fuera digital, verías la hora desde aquí?". Probablemente no.

4.16.2018

Mi retiro dorado


Con más de tres mil artículos publicados, un volumen total de casi cuatro millones y medio de páginas consultadas, y ZonaCasio yendo en camino de los ocho años online, a veces siento un amago de "ataque de pánico" y me entra la tentación de pasar a un segundo plano, un plano en el que sólo me dedique a disfrutar con mi modelo favorito de digital de G-Shock, en un blog humilde, con pocas visitas, pocas responsabilidades y, sobre todo, sobre todo, poca variedad. Mi modelo de G-Shock, yo, y nada más. Tal vez algún visitante perdido que provenga alguna vez del ciberespacio, algún comentario por ahí suelto, y un reloj en donde solo cuente las vicisitudes de mi peregrinar por este suelo con él.

El problema es que cuando me planteo realmente hacerlo y pasarle el testigo a alguien más, me doy cuenta que ese "alguien más", simplemente, no existe.

6.15.2017

Abandonar a Casio


Con los disgustos que, últimamente, nos dan en Casio y lo poco que nos gustan sus últimos lanzamientos, alguien podría pensar leyéndonos que estamos a un paso de dejar de hablar de Casio, o incluso podrían preguntarse el por qué no lo hemos hecho ya. Es incluso algo que también se nos pasó por la cabeza y hasta nos atrevimos a intentarlo, aún a pesar de seguir pensando, sinceramente, que en la actualidad no hay marca alguna mejor que Casio. Es cierto que Casio no hace los relojes que nos gustan (o, por lo menos, no los que nos gustarían al cien por cien), pero es que el resto no los hace mucho mejor. Quizá Nixon sea una excepción, sobre todo tras el lanzamiento de su Base Steel, pero el hecho de que todos ellos sean invertidos lo descartan automáticamente e ipso-facto de convertirse no ya en un sustituto de Casio, sino ni tan siquiera en un competidor.

A diario uso un reloj de Casio, paso todo el día con él e incluso por las noches es el reloj que uso para ver la hora y, cuando lo necesito, como despertador. Podría decirse que me paso las 24 horas del día con mi reloj de Casio. Al contrario que -por desgracia- mucha gente hoy (sé que quienes nos leéis no, puesto que vosotros también hacéis un uso intensivo de vuestros Casio) uso y consulto el reloj constantemente. Por diversas cuestiones exprimo muchísimo su cronógrafo, tanto es así que en esas 24 horas el cronógrafo de mi Casio no para quieto ni un momento. Por fortuna es un DataBank y, gracias a ello, dispone de horario en todos los modos de manera que aunque necesite consultar el cronógrafo, puedo también consultar la hora. El cronógrafo necesito que se mantenga activo muchas horas (a veces, más de doce) y para eso me viene genial que sea un cronógrafo de amplio rango (con un alcance de 24 horas).

3.07.2017

"Cuando yo era un niño, mi smartwatch era el CA-53"


Hace unos meses, Tan Kit Hoong escribió en su blog cómo era su vida antes de Internet. La idea tuvo tanto éxito, que muchas personas comenzaron a contar (y a aportar) sus experiencias sobre cómo era su vida antes de la popularización (porque Internet tiene ya bastantes años detrás, otra cosa es que todos la usásemos) de la gran Red de Redes.

Como le fue tan bien en aquella ocasión, ha decidido volver sobre la misma idea, pero contando cómo era su vida cuando era un niño. Tampoco es plan de que se ponga a contar su diario, no os preocupéis, simplemente lo resume en cinco puntos en donde, si tal vez no en todos nos sintamos identificados, seguro que alguno de ellos al menos sí os resulta familiar, sobre todo si peináis "un par de canas" ya.

12.27.2016

El viejo relojero


Hace un par de años tuve la necesidad imperiosa de arreglar el viejo reloj de mi abuelo. Fui buscando relojeros por el centro de Asunción (Paraguay) que cobraran lo justo e hicieran un buen trabajo.

En una de las relojerías que visité un señor me dijo: "Te lo puedo arreglar pero en un mes y te costaría como 30 dólares (equivalente a 150.000 Gs, eso aquí es mucho)", entonces obviamente fui a otro que respondió: "Yo no lo puedo arreglar hoy pero lo podés llevar a Don Marsá que él te lo va a reparar, en 15 de Agosto y Haedo".

12.08.2016

La gente no entiende esa hora


Siempre preferí los relojes digitales a los analógicos, pero ya he dicho que era una rara avis entre los que me rodeaban, un ente extraño. Por eso, cuando de pequeño iba con mi reloj digital acompañado de algún adulto, y alguien nos preguntaba la hora, ellos siempre decían: "las ocho menos veinte", "las tres menos cuarto" (o lo que fuera, según la hora, obviamente), y me advertían, haciendo alusión a mi reloj digital: "la gente no entiende esa hora".

Eso se me quedó grabado, y en mi subconsciente cada vez que pisaba la calle era como si apareciese una vocecita: "¡Cuidado! ¡La gente no entiende esa hora!".

9.16.2016

De vuelta a los ochenta


Hoy volví a pasar por la tienda en donde, hace años ya, encontré mi W-71. Su dueño es un chico que ama y conoce muy bien los Casio, y aunque no suelo parar a hablar mucho con él (suele tener bastante gente) me suele hablar siempre muy bien de esta marca. Además, él busca y rebusca por todos los lugares posibles con el fin de dar con relojes históricos de la marca que, sobra decirlo, podéis suponer que le duran en el escaparate un suspiro.

Allí no encontrarás clónicos, ni Marea's, ni Nowley's ni Ice's Watchs o cosas extrañas similares, su tienda está plagada únicamente de Casio. Eso a pesar de que para la marca no es una tienda "de renombre" y no puede distribuir modelos de los que ahora llaman premium, ni ediciones especiales. Pero a él no le preocupa y de hecho parece irle muy bien con su tienda plagada de productos de la línea Collection, aparte de comercializar, por supuesto, otros artículos tecnológicos.

7.18.2016

El camino del peregrino


De igual modo que la tradición musulmana exige que todo fiel haga por lo menos una vez en su vida el camino que hizo Mahoma de la Meca a Medina, el primer milenio del cristianismo conoció tres rutas consideradas sagradas y que daban una serie de bendiciones e indulgencias a quien hiciese alguna de ellas.

La primera ruta conducía hasta la sepultura de San Pedro en Roma; sus caminantes tenían por símbolo una cruz y eran llamados romeros.

2.08.2016

La valiosa ayuda de las calculadoras Casio


Ya os he contado en anteriores ocasiones las vicisitudes del chico que conozco que intentaba salir adelante malviviendo en un barrio pobre del extrarradio de mi ciudad. Este chaval había conseguido su calculadora científica gracias a Casio España, y ahora trataba de obtener la secundaria en un centro para adultos. Esta pasada semana recibí la estupenda noticia de que había aprobado finalmente y me contó una anécdota que le había ocurrido en el examen. Allí se encontró con un amigo que llevaba también una calculadora científica para ayudarse en el examen, una calculadora que, por cierto, no era de Casio. Antes de entrar se pusieron a compararlas y su amigo cayó en un desastroso descubrimiento: ¡su calculadora, tan "científica" ella, no poseía la capacidad de realizar operaciones con fracciones! Su amigo no aprobó el examen.

Obviamente las calculadoras de Casio no te permiten aprobar un examen si no has estudiado, pero sí te dan más facilidades a la hora de realizar operaciones matemáticas, gracias por ejemplo a su V.P.A.M. (una de las cualidades que más agradecía mi amigo, por cierto), o a su disposición y distribución de teclas, más práctica e intuitiva.

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