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12.17.2018

Gaceta W-59: El Casio W-59 frente a su símil en G-Shock


Decir que el W-59 pueda tener algún reloj que sea similar en G-Shock puede parecer demasiado presuntuoso, pero en efecto así es.

A mediados de los noventa, como paso previo a Baby-G, G-Shock lanzó algunos modelos con un tamaño más compacto, y "reutilizó", o se inspiró, en módulos ya creados. En algunos casos tomaron los módulos de los DW-280, y en otros fueron más allá y lanzaron auténticos G-Shock con módulos tomados de la Serie F, es decir sin temporizador, como fue el caso del G-Shock DW-630 que nos ocupa.




Pero no nos engañemos: el DW-630 seguía siendo todo un G-Shock, y como tal tenía las mismas especificaciones para su caja de los DW-5600E, bisel de resina blanda, cristal mineral, y todas las protecciones internas propias de G-Shock, como la característica pieza almohadillada. En lo único que no estaba a la par con el resto de sus hermanos de gama era en que su resistencia al agua se quedaba en los 100 metros, algo que no era demasiado importante teniendo en cuenta el reloj del que tratamos, aunque era una resistencia más que digna (sobre todo teniendo en cuenta que las F Series no pasaban de ser simples "Water Resist").

Fue, así, el único G-Shock de la historia en tener tres pulsadores, y no los cuatro habituales. De hecho el funcionamiento de su módulo es calcado al de cualquier W-59, excepto en un detalle: carecían de luz.


La falta de iluminación lo coloca ya en desventaja respecto a los W-59, que sí poseen iluminación por LED. Otra desventaja del G-Shock DW-630 frente a un W-59 es el tamaño de sus dígitos: su minúsculo display, a pesar de tener un buen contraste, tenía dígitos muy pequeños y estrechos, en una pantalla que, era, también, de escasas dimensiones y la mayor parte de su superficie estaba ocupada por el bisel, o sea: destinada a la protección.

Pero eso tenía también sus propios inconvenientes: la presencia del bisel, bastante ostentoso y sobredimensionado, hacía que se pudiera introducir suciedad entre éste y el cristal y, además, tenía como gran defecto el molestar muchísimo operar los botones, hasta tal forma que para pulsarlos había que hacerlo con las uñas, nada que ver con la cómoda pulsación de los botones en un W-59.


Pero no acaban ahí sus desventajas, porque otra de las que tenía el DW-630 eran sus asas, con una rebuscada forma que hacía imposible ponerle una correa convencional; además, eran asas semi-cerradas, complicando todavía más la posibilidad de intentar ponerle una correa estándar. Como todos sabemos que ocurre en este tipo de correas, una vez deteriorada la original es tremendamente difícil encontrar su repuesto, de ahí que el modelo que veis en las imágenes luzca sin correa.

Pero no todo son malas noticias para este peculiar G-Shock respecto al W-59 de Casio, ya que tiene algunos detalles que le dan cierto atractivo. Los principales son el sistema de su sustitución de la pila, y es que en lugar del módulo 590 del W-59, que hay que desarmar casi por entero cuando llega la hora de cambiarle la pila, en el módulo mucho más avanzado (el 1104) del DW-630, mucho mas moderno como decimos, se le puede sustituir la pila con el habitual sistema de G-Shock, es decir, mediante la plaquita con resortes. También en la tapa de cierre mejora a la del W-59, con una cubierta y un sello mucho más efectivos.


Resumiendo, diremos que el W-59 es más práctico, se puede consultar mejor la hora y, además, pueden operarse cómodamente sus funciones. Por su cristal y su bisel, el DW-630 es sin embargo más resistente, pero a un precio muy alto: una correa no estándar, unas asas cerradas, y unos pulsadores muy incómodos.

Obviamente el DW-630, como todo G-Shock, estaba muy enfocado a un público muy definido, que buscase un reloj muy simple y a la vez resistente a los impactos y caídas. El W-59 tiene un público más genérico, va más enfocado a la practicidad como reloj y a la longevidad como instrumento para el día a día.

No podríamos dar el veredicto de que uno sea de forma tajante superior al otro, pero como reloj más versátil y funcional lo es, sin lugar a dudas, el incombustible W-59.

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Recordaba vagamente el modelo, pero no recordaba que no tuviera luz. De hecho me preguntaba cuanto duraría la pila, si en el 590 de aquel entonces se declaraban 5 años.

    He tenido que buscar un rato, hasta que al final lo he encontrado... Y sorpresa, ha sido en mi página: http://www.javiergutierrezchamorro.com/listado-modulos-casio-antiguos/2900.

    El caso es que se dice que es solamente 3 años en el 1104. El motivo es el consumo, 1,2mW contra 0,95mW. Quizás que los dígitos sean ligeramente más grandes que en el W-59 hace que suba tanto? Más que la luz?

    No se, muy raro.

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    Respuestas
    1. Pues la circuitería utilizada, seguramente el sustrato del LCD (resistencia a mayor rango de temperaturas), lo que obliga a un consumo mayor para los cristales líquidos, la resistencia interna a descargas..., muchas cosas. Está claro que el módulo del DW-630 es mucho mejor que al de cualquier F Series, pero es curioso que en funciones sea tan, tan, tan recortado. Parece ser que a nivel lógico Casio se basó en el de sus clásicos F, pero luego a nviel constructivo (de hardware) la cosa es radicalmente diferente. Solo hay que ver en la forma de ensamblaje de la pila, que no es nada parecido a como llevan los F y sí semejante a lo que es un G-Shock.

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