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9.27.2018

No matéis al mensajero


Hace poco, Casio presentaba su nueva línea de calculadoras en China, las SL-1000SC y las JW-200SC. En la imagen de presentación (que encabeza este post) podía verse un escritorio muy limpio, que quiere transmitir las suaves líneas de estas calculadoras, junto con un ventanal en el cual, al fondo, se veía la gran ciudad. Lo más curioso es que, encima del escritorio del primer plano, no aparecía ninguna calculadora. Aparecía una taza, un cuaderno abierto, un ordenador... Pero Casio no fabrica tazas, ni cuadernos, ni tiene productos de papelería -de momento, a no ser que incluyamos a las etiquetadoras como producto de papelería, que para mí no lo son- ni, por supuesto, fabrica ordenadores. Puede ser que en futuro los fabrique, pero hoy no.

Ni atisbos ni rastos de una calculadora por ningún lado.




A veces nos acusan de querer hacer una "Casio" a nuestra imagen y semejanza. Varias veces -muchas veces- nos dicen que defendemos una Casio que no existe, y que puede que ni siquiera haya existido. De mantener una publicación -ésta misma- para románticos con una Casio idealizada. Pero ante cosas como éstas uno se pregunta qué narices es, o significa, eso de "la Casio real". Si es la que vende relojes de colores que se auto-destruyen, calculadoras que no se ven, o modelos de reloj o calculadoras que se avergüenzan de ellos, entonces obviamente no estamos hablando de la misma Casio.

Para Casio -y para todos los fabricantes de relojes que llamaremos "generalistas"- los tiempos son duros. Enfrentados a marcas que surgen como las setas y que copian y venden sus productos -incluso los más baratos de Collection-, es lógico que intenten desplazarse a nichos de mercados superiores. Hace pocas horas, Richard Mille, y Audemars Piguet, que si no los conocéis son dos de las firmas más elitistas de relojería, anunciaban que abandonaban el salón más exclusivo en su categoría que se celebra a principios de año en Ginebra, el Salón de la Alta Relojería. Casi a la par, Raymond Weil, otra de las firmas de más alto lujo dentro de los relojes, anunciaba que abandonaba a su vez el Salón de Ginebra, Baselworld.


La explicación de por qué lo hace Richard Mille me ha gustado mucho, porque han sido muy sinceros. En un extenso comunicado para la prensa han dicho que ya tienen relojerías propias, que tienen sus propias redes de distribución y sus propias boutiques exclusivísimas, que ahora no quieren estar con ninguna firma de relojería que no sea ellos mismos. O sea, que quieren aparecer solos y sin ninguna marca a su lado, ni siquiera en ferias, eventos o exposiciones. Esto lo hacen porque ya no necesitan buscar las ventas a sus relojes de miles de euros: los clientes hacen cola para comprárselos.

Más o menos todas van por ahí: la exclusividad, el apuntar más alto, el ser más caros no porque el reloj lo valga, sino para que solo unos pocos los puedan comprar. Lo más fuerte es que triunfan con esa filosofía.


Para reafirmar todo esto os contaré que el maestro relojero francés François-Paul Journe llegó a Suiza en 1982, y comenzó a trabajar reparando relojes (en realidad, restaurándolos). Un buen día, allá por 1999, se lanzó al proyecto de fabricar sus propios calibres, pero lo hizo con una idea en la cabeza: serían tan exclusivos que solo los vendería a unos pocos adinerados. Hace poco la firma de lujo Chanel llegó a un acuerdo para entrar en el accionariado con una cifra que no ha trascendido, pero se supone que es del 20%. Journe SA, que así se llama esta marca, solo produce en la actualidad novecientos relojes al año, una cifra auto-limitada (podrían fabricar todos los que quisieran) para que el reloj solo puedan llevarlo unos pocos.

Os explico todo esto para que veáis realmente el concepto de un reloj "premium", una forma de hacer relojería que respeto, obviamente, pero que no va conmigo ni me interesa. Parece ser que hoy en día no importa lo que vendas, mientras no lo tenga el otro, porque en el terreno en que nosotros nos movemos, los que no tenemos un Ferrari, un Yate ni un piso en la Gran Vía, triunfan las marcas blancas, las falsificaciones, los engaños, el "sacarte los cuartos" y el correr y si te he visto no me acuerdo. Por eso los SAT están llenos de peticiones y pasan de uno, a pesar de la garantía esa de dos años que sabemos que casi ningún fabricante cumple. Hasta ahora solo quedaba una marca de relojes asequibles que era honesta, y que merecía la pena defender, y no estoy hablando de Seiko y Citizen, por mucho que me pese porque las conozco y, al menos en España, para mí dejan muchísimo que desear. Pero a lo que voy es que Casio era la única marca en la que adquirir un reloj suponía una garantía de satisfacción y de calidad. Esto cada vez es más difícil de conseguir, a no ser que pagues ese precio que te piden por uno de esos 900 relojes de los que hablaba antes.


Así que la imagen de una mesa vacía de calculadoras, cuando quieres vender una calculadora, es un síntoma inequívoco de la contrariedad en la que estamos inmersos y viviendo. Es como vender humo, en donde importa la imagen que te den del producto, no el producto en sí. Por eso tantos desempolvan sus Casio antiguos, y vuelven a ponérselos, y por eso tantos, muchos más que G-Shock, compran Collection, aunque cada vez se ofrezca menos por ellos para que no puedan competir con módulos o construcción de G-Shock, y huyan de exteriores de metal por la simple razón -y este es el quid de la cuestión- de que un analógico con caja de metal lleva dentro un módulo Seiko o Citizen, mientras que un digital lleva dentro un módulo original de Casio. Así que no les duele en prenda ofrecer un buen y duradero exterior, cuando llevan dentro algo ajeno, pero no lo ofrecen en un digital, porque compensa más dártelo de resina, o venderlo a los 500 € del G-Shock como el GMW-B5000, o a los 1000 € del GWF-D1000.

Matar al mensajero acusándole de vivir en el pasado o por contar ésto no es la solución, y sí escuchar a los clientes, algo que ninguna marca -y sobre todo de relojería-, por mucho que digan, hace.


| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

3 comentarios:

  1. Muy buen artículo. Coincido totalmente, y la prueba la dáis al final. Más y más gente desencantada de G-Shock que se pasa a Collection.

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  2. Que preciosidad los Casios de las fotos.
    Magnífico artículo. Por suerte para Casio se ven muchos A158, A168, A159 y B640, se han puesto de moda, ayer tarde sin ir más lejos comprando ropa con mi mujer y mi hijo varías dependientas llevaban estos modelos.
    En mi casa hay un A168 y un B640, Casio es la única marca que ofrece hoy en día relojes digitales con una calidad aceptable a bajo precio.
    Con lo que no estoy de acuerdo con Casio es que no se a que esperan para fabricar varios clásicos de los que nos gustan a los coleccionistas.

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