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10.09.2016

¿Sería recomendable un Casio monoaguja?


Con el cambio de rumbo hacia lo analógico y lo conectado, vemos cómo las páginas de Casio se transforman con imágenes de modelos de manecillas, se llenan de relojes con engranajes y sus links apuntan a aplicaciones y servicios de configuración y/o apoyo del reloj desde el smartphone.

Los digitales son los menos y, encima, son los más arrinconados.

Pero a pesar de toda esa nueva corriente que impulsa a la gente a adquirir analógicos, y a pesar de la grandísima variedad que en Casio tienen, uno echa en falta modelos que en Casio podrían explotar y les podría suponer todo un filón: relojes monoaguja.




La razón de ello es que no hay fabricantes con movimientos de cuarzo que ofrezcan este tipo de relojes y, los que existen (que tampoco es que sean muchos) son todos fabricantes de calibres mecánicos.

A Casio no le supondría demasiado esfuerzo rediseñar un fondo para adaptarlo al movimiento monoaguja, (sería cambiar el diseño del mencionado fondo) y luego retirarle el minutero de muchos de los módulos Miyota que utiliza para así ofrecer un atractivo reloj monoaguja.

Pero, si quisieran, podrían ir más allá. Podrían aprovecharse de su experiencia y tecnología Bluetooth (que ya usan en Edifice y en Sheen, por ejemplo) y añadir a esa línea de relojes monoaguja una app para trabajar con el smarphone. De esta forma, en la app podríamos tener una representación del reloj con sus dos agujas (por si el usuario puntualmente quisiera ver la hora en ese formato), e incluso podria ofrecer, por qué no, la opción de calibrar vía smartphone la monoaguja desde el teléfono, haciendo por lo tanto esta labor más cómoda.

Es una pena que ese enorme hueco de relojes monoaguja no lo tengan cubierto en Casio, porque podría darles pie a convertirse en uno de los fabricantes de referencia de cuarzos de este tipo. Podrían incluso, ya que apuestan tanto últimamente por los relojes ana-digi, ofrecer un pequeño display digital que apoye la hora en analógico, reforzando la idea de reloj completo y aportándole una gran practicidad. Más aún: con su tecnología Active Dial en unión con Twincept, podrían hacer que ese display "desapareciera", ocultándolo cuando quisiéramos disfrutar solamente de la peculiar estética monoaguja.


Los fantásticos, bellos, extraños y seductores relojes monoaguja

Una de las cosas que más me molestaban y que no entendía, y que se convirtió en un fastidio creciente cada vez que veía un reloj analógico, era el por qué la aguja de las horas no se mantenía fija en su número correspondiente. Es decir, por qué se iba moviendo y se desplazaba durante todo el recorrido de un número al otro, sin quedarse detenida en la hora que tuviera que marcar, sea ésta la que fuera dentro de los doce números o índices. Con esa duda tuve que convivir durante muchos años, sin que nadie fuera capaz de responderme.

Me pareció comprensible que, con los movimientos mecánicos de antaño, la aguja horaria se moviese debido a los engranajes utilizados, y no se quedase fija hasta que aconteciera el correspondiente cambio horario (la llegada del minutero a en punto), momento en el que se desplazaría al número siguiente. Dado que el segundero tampoco iba "a saltitos", ni el minutero, supuse que mecánicamente la manecilla de las horas debería ser así.

Lo que no entendía es que por qué en un reloj de cuarzo, o en un calibre moderno, ésto no se había corregido y continuaba la aguja de las horas desplazándose y moviéndose constantemente hacia adelante al compás del minutero. En uno de cuarzo podría realizarse perfectamente un engranaje o un motor que moviese la aguja de número en número directamente, en lugar de hacerlo poco a poco como en los mecánicos.


Esta duda convivió conmigo durante años hasta que descubrí los relojes mono-aguja y aprendí a leerlos. Ahí fue cuando se despejaron mis dudas y supe que, en realidad, en los relojes analógicos la aguja horaria no apunta realmente a las horas, sino a los minutos. Y de ahí que se desplace por los minutos. Bueno, a las horas sí que apunta, pero sólo y únicamente apunta a las horas cuando son en punto, en donde el puntero se detiene y señala directamente sobre su número. El resto apunta a los minutos (o a las marcas de los mismos sobre el fondo del reloj).

¿Por qué esto es así? ¿Por qué se realizan los relojes con ese desplazamiento tan curioso, y no se hacen con agujas horarias que apunten hora a hora? Pues por reminiscencias del pasado. En realidad los relojes analógicos de hoy proceden todos de los primeros modelos de la Edad Media y éstos solo y únicamente tenían un puntero. Y esa manecilla señalaba los minutos y las horas, dependiendo de la escala grabada sobre el fondo, como ocurre hoy en día, que formaba una esfera.

Se realizó así porque el reloj mecánico era un invento tan complejo, y se tardó tanto en desarrollarlo hasta los actuales de nuestros días, que al principio para hacerlo más sencillo y más fácil de fabricar y sin tantos engranajes se prescindió del minutero. O, si se quiere ver así, no se inventó con minutero, siendo éste añadido tiempo después (y luego el segundero, como explicamos hace tiempo en el blog de Zona Casio). Cuando se incorporó el minutero el reloj ya tenía su forma y su diseño bastante bien definido, de manera que el minutero se añadió como algo artificioso, un elemento que favorecía la lectura pero que no era imprescindible. De hecho cualquiera con un reloj analógico convencional puede saber la hora sin necesidad del minutero, lo que demuestra claramente que todos los relojes de ese tipo, todos, son de una sola aguja y lo demás son elementos extra (minutero, segundero, e índices del cronógrafo, si los tuviera). Para que los relojes fuesen de dos agujas la horaria tendría que quedarse fija en cada marca de hora, y solo cambiar cuando el minutero alcance las en punto, cosa que no ocurre como bien sabéis.


Otra de las características de los relojes de dos agujas que siempre me han molestado mucho son el solapamiento de las mismas. Por ejemplo cuando dan las 18:30, las 12:00, etc., las dos agujas se solapan una encima de la otra y le da al reloj un aspecto extraño, casi uno se asusta como si se le hubiese "desaparecido" la aguja minutera. Esto, que puede parecer banal, a mí me desagrada bastante de manera que un reloj monoaguja tiene la ventaja de que, al contar con una sola manecilla, nunca te vas a encontrar que, al mirarlo, unas veces veas dos agujas y otras veas sola una por el solapamiento que acabo de explicar. Siempre vas a ver una, lo que para mí es un gran alivio.

Por otra parte, la facilidad de ver el tiempo apoyado en la escala graduada en lugar de la simple mnemotecnia de un analógico convencional es otra de las grandes virtudes de estos relojes mono-aguja (o "one-hand") de los que hablo. No me extraña que tanta gente se sienta bien con ellos y los prefiera a los analógicos convencionales, ya que son simples, sencillos, e indican el tiempo en tramos realmente muy comprensibles. Te "enseñan" de nuevo a leer la hora en analógico de una forma diferente, y es prodigioso ver y darse cuenta que un mismo indicador puede señalar dos cosas diferentes a la vez (la hora y los minutos) dependiendo de la escala marcada que señale. Por ejemplo, pasado el número del siete, son las siete "y algo", y ese algo son los minutos señalados por el extremo del puntero. Por lo tanto un tramo de espacio indica la hora, y otro tramo más pequeño, los minutos. E incluso si se pudieran realizar engranajes y escalas suficientemente ajustadas, se podría señalar hasta los segundos en analógico. Y solo con una única manecilla. Sorprendente, ¿verdad?


Conversión: de las dos agujas, a la aguja simple

Tras leer el artículo de Guti y su Luch me quedé prendado de los relojes monoaguja. Mi mayor problema con ellos, sin embargo -supongo que como le ocurre a la mayoría- era que leer la hora es algo caótico, teniendo en cuenta que estos relojes aparecieron para que la hora fuera leída en soportes de grandes dimensiones. Como muchos sabéis, los relojes monoaguja estaban pensados para dar información pública de la hora, en monasterios, iglesias y catedrales. La incorporación de una segunda manecilla para los minutos propició y facilitó la reducción de su tamaño, haciendo posible los relojes de bolsillo y, más tarde, que se pudiera ver la hora con facilidad en los relojes de pulsera (y más pequeños aún, en los posteriores relojes de señora).

Pero aún así me encanta esa tradición, es como tener un pequeño trozo de los orígenes de la relojería y disfrutar de aquella filosofía y aquella forma de ver y leer la hora. Así que decidí ponerme a buscar uno pero en donde las marcas aparecieran numeradas y, más aún: también con minutero.


Por más que busqué y pregunté, no hay ningún fabricante -cosa rara, la verdad- que haya puesto numeradas las marcas que corresponden a los 15, 30 y 45 minutos de cada tramo (que en un reloj convencional sería de 5 minutos ese mencionado tramo).

Pero entonces me encontré con Junkers, que tenía un fondo numerado con divisiones de nada menos que cuatro grupos de marcas (en lugar de los tres grupos de otros fabricantes) y, además, numerados. Este es un fantástico candidato para ser convertido o leído como reloj monoaguja. Estos modelos de Junkers con ese curioso fondo del que os hablo son los Junkers 63602, y los Junkers 63604 (son el mismo modelo, pero con variaciones de color). El problema de Junkers es que ambos son mecánicos (montan el calibre 82S5 de 21 rubíes, de origen Miyota). Por fortuna, para evitar este inconveniente y disfrutar de un cuarzo, en Casio podemos encontrar algunos parecidos a esos de Junkers. Hay muy pocos, pero esos pocos son sin duda los candidatos perfectos para ser monoagujas. Casio los lanzó hace ya tiempo explicando que habían perseguido crear un fondo de reloj mecánico con indicaciones lo más detalladas posible. Por desgracia, y a diferencia de en Junkers, todas esas indicaciones no van numeradas, sino que son todas con marcas. Son los modelos de Edifice EF-109, EF-111, y los EF-305. Esperemos que Casio se decida un día a volver a ellos pero, en este caso, añadiendo elementos arábigos en las marcas, lo que -entonces sí- lo convertirían en el candidato ideal para ser convertido a monoaguja (aunque las agujas horarias seguirían quedándose cortas), a falta de un monoaguja real en Casio el cual, esperemos, se decidan pronto a lanzar.


| Redacción: ZonaCasio.com | Recomendación: Cómo leer la hora en un reloj monoaguja

3 comentarios:

  1. Te comenté que a mi también se me hacía raro de niño que la aguja horaria no marcase las horas, sino el transcurso de las horas. Por cierto que hay relojes (mecánicos y de cuarzo), donde el paso de las horas es de golpe. Es una complicación que se llama "horas saltantes".

    El problema de las agujas que se solapan, igual que cuando tapan el fechador, como a ti, me horrorizaba desde niño. La alternativa son agujas horarias más gruesas que las minuteras, así nunca se solapan, que es lo que vemos en muchos relojes analógicos de buceo. Sobre la pregunta de porque no montar las agujas al revés, es decir la segundera más en el fondo, la minutera encima, y luego la horaria, para así siempre tener una legibilidad de lo más importante, es algo que aún no me explico.

    Que el fechador no quede nunca tapado, es algo que no he visto resuelto, ni se me ocurre cómo hacerlo, salvo desperdiciando mucho espacio. Es otra de las ventajas de los digitales.

    Los monoaguja de Casio, serían una idea interesante, con la variedad de diseños de los MTD, sería simplemente quitar todas las agujas, y enganchar la segundera (más larga y visible), como si fuera la aguja horaria.

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  2. Que las agujas de la hora no marcaran el número exacto si no el intervalo entre cada hora en función de los minutos también me parecía incómodo cuando era niño, fue una de las razones por las cuales desarmé un par de relojes despertadores de mis abuelos, hasta que logré comprender que se debía a una cuestión técnica.

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  3. La idea de colocar el segundero en lugar de la hora es muy buena habría que probarla, por otro lado me agradan bastante los edifice que tienen todas las marcas por debajo del cristal, debido a que por mas que tengan recubrimientos duraderos, aquellos que tienen marcas del taquímetro en el bisel se terminan deteriorando por rayaduras. Por mi parte evitaría tocar los edifice para el experimento, su movimiento de motores independientes para las manecillas es de lo mejor del reloj. Pero podría intentarlo en un reloj mas barato o que ya no tenga uso

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