Buen momento para comprar relojes antiguos, mal momento para vender

Hace cosa de un par de años tan sólo había una tienda de empeños y de compra-venta de segunda mano en mi ciudad. Ahora hay tres más abiertas, y señal de que es un negocio floreciente son las largas cola de gente que, por las mañanas, se acumulan a las puertas de acceso a sus recepciones con los productos más variopintos en sus manos. La crisis económica ha hecho que estos negocios surjan como las setas, ya que ha obligado a muchas personas a vender hasta sus últimas pertenencias para poder sacar algo de dinero. Sé de casos donde se han quedado sin ningún producto electrónico (que son uno de los bienes más demandados, por otra parte).

En esas tiendas también suelen haber expositores saturados hasta los topes de relojes de todo tipo. La gente que carece de Internet en casa y que no puede venderlos online recurre a esos sitios para colocar su mercancía. Como la mayoría de dependientes no sabrían distinguir un Marlin de los ochenta con un F-87, a sus propietarios les dan un precio casi simbólico por deshacerse de él. No es fácil, pero te puedes encontrar con modelos de renombre a precios irrisorios.




Hay mucha venta, demasiada oferta y muy poca demanda, por lo que éste es seguramente uno de los mejores momentos para comprar tus modelos preferidos de antaño, pero sin embargo es el peor para venderlos, porque probablemente tengas que pedir demasiado poco por ellos, si los quieres vender. Hace pocos días me encontré con un HD de los ochenta por poco más de cuarenta euros, en un estado impecable. Es un precio por el que hace solo cuatro o cinco años todo el mundo se pelearía por él, pero por el que ahora muy pocos pagarían.

Actualmente el mercado más boyante en segunda mano se encuentra en Asia, que es donde está el dinero. En países como Corea hay una auténtica "fiebre de los vintage", por un modelo medio famoso de los años ochenta de Casio y en un estado mediocre (o incluso tirando a malo) se pueden conseguir precios muy buenos. Pero eso significa, obviamente, pagar gastos de envío y anunciarlo en Internet, algo que mucha de la gente que acude a las tiendas de empeño no pueden hacer, porque sencillamente el dinero de la conexión a Internet tienen que dedicarlo a cuestiones más perentorias.


Y es que algunas personas siguen guardando en sus casas auténticos tesoros de Casio sin saberlo. Incluso modelos en titanio o los míticos G-Shock de los primeros años. Quien se moleste en buscarlos, restaurarlos (a veces basta con una simple limpieza o pulido) puede llegar a sacar dentro de unos años -si el mercado mejora- un buen pellizco. Y es que los modelos vintage siempre venderán. Aunque menos en las épocas de crisis como esta.

El vendedor que quiera colocar en el mercado ahora un reloj de este tipo se enfrenta por tanto a una encrucijada: ¿venderlo por debajo del precio de sus expectativas, o no venderlo? Todo dependerá de cuánto necesite el dinero, porque el precio de estos productos no son puestos por un distribuidor oficial, sino por la propia ley de mercado, muy variable. Aunque uno considere que su reloj es muy valioso, si el mercado no lo considera así ya puede esforzarse gastando fuerzas inútiles que no lo venderá.


Por regla general, sobre todo en Internet, las expectativas de la gente a la hora de ponerle el precio a su reloj son totalmente descabelladas. Suelen poner precios tan altamente absurdos que ni siquiera ellos mismos desembolsarían ese dinero si quisieran comprárselo. No ocurre así en las tiendas de segunda mano. Allí te dan un precio por el reloj que quieras vender (la mayoría de las veces muy bajo, ellos también tienen que tener un margen de beneficios) y lo tomas o lo dejas. Mucha de la gente inicialmente se decepciona y se va, pero os sorprenderíais de la cantidad de ellos que se lo piensan por el camino y dan la vuelta. Porque menos da una piedra, y un reloj, por muy vintage que sea, no se puede comer.


| Redacción: Zona Casio