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2.10.2012

Casio, la única marca que se mantiene fiel a sus orígenes y a su filosofía


Casio fue una de las últimas marcas en adoptar tecnologías de iluminación electroluminiscente, algo que ocurrió ya bien entrada la década de los noventa del siglo pasado: en el año 1995. No es extraño. Si algo diferencia a Casio de otros fabricantes de hardware o software es su principio de "si es algo superfluo, no lo introduzcas".

En una época en donde nuestros ordenadores alcanzan la gigantesca cifra de cuatro o cinco gigabytes de memoria RAM, y nuestros discos duros alcanzan ya el terabyte, Casio mantiene sus relojes con una ínfima cantidad de memoria, ridícula, y ni su diseño ni tecnología se diferencia mucho de aquéllos de los robustos relojes de las primeras décadas. Relojes que están ya suficientemente probados, que son suficientemente fiables.



Cierto que ha tenido aventuras "exóticas", más bien como ejercicio de innovación que como relojes de masa. Prueba de ello sería el primer reloj con cámara fotográfica, o el primero con GPS. Pero, básicamente, en el resto de su línea de relojes genéricos se mantiene tal cual ha sido siempre. Para algunos es un paso atrás, para otros, que somos la mayoría, afortunadamente es, simplemente, genial.

Gracias a ello los que usamos Casio no conocemos experiencias tan dramáticas como que nuestro reloj digital se quede "colgado", o que se reinicie solo, o que, de la noche a la mañana, nos presente un mensaje de error en la memoria "x" o colmado de búfer, o que tengamos que conectarlo a cualquier aparato para actualizarlo. Nada de eso.


¿Por qué nosotros necesitamos un ordenador de cientos de megabytes, o con una capacidad de procesamiento insólita hace solo algunos años, gracias al encadenamiento de chips y microprocesadores? Lo necesitamos porque nuestros sistemas operativos, y los programas que sobre ellos trabajan, son desastrosos. Como lo son también en la gestión de energía. La obsoleta estructura de los sistemas operativos como Windows, y de los Mac cada vez en mayor medida, unido a que su software actual, por pequeño que sea, ya consume millones de ciclos de reloj para realizar la más sencilla operación, hace que tengamos que estar atados a una industria en donde al año y medio nuestra máquina se quedará obsoleta. En lugar de aprovechar recursos, los sistemas operativos actuales dedican miles de subrutinas y dan vueltas en gigantescos bucles haciendo que el sistema operativo, en lugar de avanzar, cada vez sea más proclive a fallos, sea más necesario actualizarlo. Sea más débil.

Los que usamos Casio no sabemos lo que es una actualización de firmware (tan de moda ahora con los iPod, MP3s, MP4s, TDTs...) ni que en una hora tengamos que correr a enchufar el reloj a una toma eléctrica por falta de batería. Y no queremos saberlo. Queremos seguir así.


Y es precisamente por ello, por la carrera tan estúpida que los fabricantes de software y diseñadores de sistemas operativos tienen para vendernos cada vez más cosas innecesarias, por lo que los programas de exploración espacial de la NASA llevan todavía en su interior humildes procesadores 8086, que son capaces de, gracias a su eficiente software, de realizar complejas operaciones en un tiempo que, para una máquina actual, le sería imposible. Porque se perdería entre bucles y llamadas a subrutinas y generación de gráficos "de colorines". Esto sin contar el enorme aprovechamiento de energía de estas mal llamadas "viejas" máquinas. El despilfarro de la sociedad actual en el que estamos inmersos no tiene cabida ahí, como tampoco lo tiene en nuestros relojes digitales.

Sí, pueden tener un aspecto "ochentero", sus dígitos puede que no tengan costosas y rocambolescas animaciones con gráficos en degradado y semitransparentes, o que no estén formados por displays TFT, pero mira una cosa: pueden realizar complejos cálculos en un milisegundo, cálculos que tu ordenador de sobremesa tardaría minutos en hacer solamente para desplegar su calculadora. Durante aquéllos años 70, un ordenador podía hacer complejos cálculos (como la catenaria de una línea eléctrica de alta tensión) con sólo 25 kilobytes de memoria. Sin embargo, tu teléfono móvil táctil o tu ordenador necesita casi un segundo para darse cuenta de que le has pulsado una tecla o una zona de su pantalla.


Casio puede seguir haciendo eso gracias a su independencia: puede ofrecernos relojes digitales que hace muchos años habrían desaparecido del mercado gracias a que sabe que hay gente que entiende esa filosofía y que los va a comprar. Porque esos relojes, afortunadamente, no interesan a la mayoría de la gente, que los ve "desfasados" y que, total, ellos para mirar la hora "usan el reloj de su teléfono móvil", un reloj que necesitará ser recargado cada seis horas si no quieres sufrir la amenaza de que te deje a tu suerte en cualquier momento. Y que siga siendo así. Porque personas con esa filosofía y esa actitud de derroche energético no las queremos. Que se queden con sus móviles o sus costosos reproductores. Y que a nosotros nos dejen con nuestros Casio. Ojala nunca descubran el auténtica placer de saber que tu reloj con una ínfima cantidad de memoria y un humilde chip responde al milisegundo a tus acciones, y que nunca verás en su pantalla un mensaje diciéndote que el microprocesador se ha perdido a sí mismo... intentando realizar cualquier operación. Relojes con la misma tecnología y filosofía de las naves que exploran las estrellas. Esos son nuestros relojes.

Y que continúe siendo así.



| Redacción: Zona Casio

6 comentarios:

  1. Anónimo10.2.12

    fenomenal reportaje, de acuerdo 100%

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  2. Anónimo10.2.12

    Buen reportaje, buenísimo, para todos los que dicen eso de "es que el módulo que usa es del año 1990" o así. ¡Pues sí, señores, yo también quiero que se sigan fabricando módulos de los años 90 y 80, los quiero en mi reloj de ahora, no quiero módulos que me dejen en blanco la pantalla del reloj en cualquier momento!
    Bravo por Casio, y otro mas que se apunta a lo de "que siga siendo así". Y por muchos años.

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  3. Anónimo10.2.12

    Relojes con eso de "actualizacion de firmware" ya los hay, Nike los tiene, y creo que alguna marca más también. Pero yo tampoco los quiero. A mi déjeme con mi Casio W71 cn la palabra "lithium" en la pantalla, que así estoy tan feliz. Al menos sabes que aún queda alguna máquina de la que te puedes fiar, porque hoy en día cada vez más y más aparatos (electrodomesticos, television, ordenadores, moviles, coches... y etc) cuando los apagas te dejan con la incertidumbre de si se volverán a encender al día siguiente. Lo que sí tengo seguro es que mi W71 sí seguirá funcionando al día siguiente.
    Y en esta vida, donde todo es tan inseguro, es bueno tener la certeza de que puedes confiar en algo.

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  4. Anónimo10.2.12

    asolutamente de acuerdo, tengo un pro trek 2000, y lo mejor ni se lo que es remplazar la bateria, mucho trote, barro, piedras, nieve, caidas y todo funciona bien, vamos a ver que tal sale el Bluetouth cb6900 .. sin carga solar..

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  5. Anónimo1.5.12

    Contra más sencillo es un aparato, menos falla.

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  6. Que buen articulo, totalmente de acuerdo ,han pasado 8 años de este comentario y creo que esta más vigente que nunca

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